Da la impresión de que los ciudadanos han acabado tan cansados del confinamiento que se piensan con el derecho a recuperar el tiempo perdido, pero por desgracia, por encima de todos los demás, de la sociedad. De nada sirve envolverse en banderas, que ya de por sí sirve para bien poco, salvo para taparte si vas al fútbol. Parece que eso implica pensar en la sociedad pero a la hora de la verdad hay tantísima gente que se está saltando las medidas de seguridad, de distanciamiento físico, y de higiene, que parece que más bien les importa solo lo suyo y no son capaces de pensar en aquellos que sí están sufriendo la pandemia, que son muchos, demasiados. Ya sean jóvenes o mayores, las mascarillas siguen en los brazos y las barbillas, y mientras tanto los brotes siguen creciendo. Ha sido notorio durante este fin de semana la inauguración de terrazas de verano donde muchos han colocado sus fotos por redes sociales compartiendo espacios cerrados, demasiado llenos, y pasándose las ahora llamadas shishas. Vamos, un caldo de cultivo que luego no debe sorprender si los contagios suben.