Feijóo pierde con el uso

En Génova copian el esquema andaluz. Bendodo es el mismo 'malo', pero Feijóo hace peor que Moreno de 'bueno'

Empieza la cuesta de septiembre-octubre-noviembre-diciembre-enero-febrero-marzo-abril-mayo. Súper rampa hasta las municipales con prórroga a las generales. Pedro Sánchez inicia hoy en Sevilla su intento de remontada. Va por detrás de Feijóo en las encuestas y le quedan catorce meses de legislatura para recuperar el favor de los electores, con un Gobierno en minoría a merced de aliados ultranacionalistas que no le facilitan la simpatía del resto de España. No se toma a la ligera el desafecto del público: va a hacer un esprint de 30 mítines en cuatro meses para motivar a un Partido Socialista con moral de derrota tras las andaluzas de junio.

El martes contraatacará a su rival en el Senado. El jefe del PP quería un debate de política general, que el presidente reduce al ámbito de la energía. Sánchez baja el IVA del gas, pero intenta dejarle en evidencia. Quiere aprovechar que Feijóo pierde con el uso, aunque su efecto de momento no se desinfla como pretende el Gobierno. Se equivocó en una votación en el Senado y otro día confundió la prima de riesgo con el interés de la deuda; aterriza todavía.

En Génova copian la estrategia del PP andaluz, con reparto de papeles: poli bueno y poli malo. Feijóo da bien en el perfil moderado y sensato que con tanto éxito ha representado Moreno en Andalucía. Y para el rol de malo ha fichado a quien hizo esa función en el Gobierno andaluz, Bendodo: el hombre capaz de inventarle un millón de habitantes más a Andalucía o de embustir sobre supuestas cajas fuertes con material delictivo del que nunca más se supo. Uno consigue adhesiones y otro polariza. Uno se coloca por encima de la melé y el otro hace lo que Perico Delgado llama tío del mazo. Aunque da la impresión de que Feijóo es un poli bueno peor que Moreno. En julio pidió al Ejecutivo reducir alumbrado nocturno y limitar el aire acondicionado en verano o la calefacción en invierno, y cuando el Gobierno las decreta, Bendodo las califica de "frívolas". Les falta ensayar.

Para repetir el esquema andaluz el PP nacional tiene un inconveniente: Díaz Ayuso y sus guionistas ponen en aprietos al Gobierno, pero también condicionan a su partido. Por el contrario, en el PSOE el problema es el índice de rechazo que genera Sánchez. Las elecciones no se ganan sólo por tener muchos partidarios. Como demostró Moreno en mayo, además hay que evitar la animadversión de potenciales adversarios. Es lo que intenta arreglar desde hoy Sánchez, en su particular cuesta de catorce meses.

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