Crónica levantisca

juan manuel marqués perales

Fenómeno Ayuso

Madrid abierto y España cerrada, la variante del Manzanares es un chollo para quienes no acaban en los hospitales

Isabel Díaz Ayuso no es tan inconsistente como pudiera parecer; de acuerdo en que no proyecta la seguridad del gobernante, pero debe tener bastantes virtudes para la política y la comunicación porque si no, no se entiende este fenómeno. El mayor logro de su campaña ha sido implicar a Pedro Sánchez de modo personal. Si ya resultó galáctico que un vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, dejase el cargo para saltar al ruedo del foro, lo de Sánchez es supremo, de ARN mensajero.

Díaz Ayuso se está midiendo con el presidente del Gobierno de España en unas elecciones regionales y desde un territorio tan proclive al PP como Madrid. De momento, ha conseguido aunar en torno a ella todo el rechazo que Pedro Sánchez y Pablo Iglesias generan en la villa y corte, por lo que deja a Ciudadanos sin espacio y a Vox condenado a ser una muleta prescindible en el próximo Gobierno. Lo del cartel de los menores no acompañados no es más que una estrategia populista -esta vez, sí, de extrema derecha- para recuperar protagonismo en la agenda pública.

La presidenta madrileña ejerce un libertarismo populista que se escapa de los márgenes del eje derecha e izquierda. Creo que Ayuso es una irresponsable porque la relajación de las medidas en Madrid provoca muertes, pero hay una parte de la población que elimina este factor de su esquema mental y lo aplaude. Y a rabiar. Los bares, las cañas, las terrazas y los teatros abiertos son su segundo logro; toda España, incluida las comunidades gobernadas por el PP, cierran, pero en Madrid hay un consenso inverso: cuanto más libre sea el bicho, parece que ataca menos. La variante del Manzanares es un chollo para quienes no acaban en los hospitales.

Su tercer logro es haberle jugado a Vox la campaña electoral con los mismos instrumentos del populismo. Ayuso cuenta lo mismo, pero sin el dramatismo de Vox, sin venas hinchadas en el cuello ni músculos rígidos de legionarios. Es más amable, más faltona, más chulapa y menos estirada que Monaterio y Espinosa de los Monteros, y el cartel de los menas le ha dado la oportunidad de centrarse. Hay un pequeño voto socialista, no más del 5%, que parece desplazarse hacia el PP, lo que es muy significativo de este fenómeno a la madrileña.

Díaz Ayuso no se va a parar en Madrid. Aunque no es exportable al resto de España, Pablo Casado ha ayudado a forjar a su Esperanza Aguirre y, como Rajoy, también tendrá su congreso de Valencia.

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