Fez fue fundada en el año 789 por la dinastía Idrisí. Cruce de caminos, supo conjugar las influencias amazig (bereber), andalusí, judía y africana. Ciudad hermana de Granada, compartimos la etapa del imperio almorávide y almohade. Tras las conquistas cristianas diversos andalusíes se establecen en Fez.

La etapa de oro de Fez y de Granada fueron los siglos XIII al XV. Fez se convertió en la capital del sultanato con la dinastía de los meriníes o benimerines (1244-1465) y Granada, a su vez, será capital del reino nazarí (1238-1492).

Compartimos intelectuales de ambas orillas como Ibn Battûta, Ibn Idârî, Ibn al-Jatîb o León el Africano, por solo citar algunos ejemplos. También formas arquitectónicas, la famosa madraza y mezquita de al-Qarawiyyin de Fez fue modelo para las construcciones granadinas.

Fez pierde ser la capital de un reino, aunque la recupera en determinados momentos de su historia, y Granada también pierde ese papel central.

Bajo la dirección de Jerónimo Páez, y en la editorial Almed, se publicó el libro Fez. El alma de Marruecos, doce siglos de historia, en el 2018, de gran interés, que recomiendo. En 1980 Fez es declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. La Alhambra obtiene esa declaración en 1984 y en 1994 se une a la misma el barrio del Albayzín.

Fez toma conciencia de que una recuperación patrimonial, arquitectónica y paisajística, tiene que estar vinculada a un desarrollo económico, social y cultural, para lo cual pone en marcha una serie de políticas dirigidas a fomentar la vida real en Fez, recuperar la artesanía y las condiciones de sus habitantes.

Fez no está hermanada con la ciudad de Granada pese a ser una de las más claras a estar en esta situación.

Fez ha desarrollado un importante Festival de Músicas Sagradas del Mundo, desde 1994, declarado por la ONU como "uno de los acontecimientos culturales que han contribuido, de manera excepcional, al diálogo de civilizaciones". Incluso ha conseguido replicarse en sedes del llamado "Esprit de Fès" en veinte ciudades de Estados Unidos, o en Europa, en Milán, Turín, Barcelona, Sevilla, Murcia o Madrid.

Desgraciadamente en nuestra Granada estamos "en otras cosas". Carecemos de un plan actualizado de rehabilitar el Albayzín que tenga como protagonistas a sus vecinos, a la vida del barrio. Tampoco tenemos un proyecto serio de rehabilitar y fomentar la artesanía, para lo que hay que hacer planes y ayudas para su conservación. Recuperar el patrimonio no solo es actuar en los edificios, que también, es conservar y mimar la vida del Patrimonio, sus habitantes y sus oficios.

Tenemos que mirar al sur de vez en cuando para hermanarnos y también para compartir ideas y proyectos en la búsqueda de soluciones de ciudades que tienen problemáticas comunes a las nuestras y grandes retos en el siglo XXI

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