Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Fiesta Nacional

Todos los países celebran alguna efeméride, pero ninguno con la polémica división de un hecho histórico

Eestamos en un nuevo puente que todos los que pueden celebran. Ayer fue la Fiesta Nacional, también conocida por Día de la Hispanidad -en los países iberoamericanos la llaman Fiesta de la Raza, abundando en la diversidad étnica y cultural- que conmemora el descubrimiento de América por Cristóbal Colón, un hecho histórico de enorme importancia que ni siquiera los abusos cometidos por los colonizadores contra los indígenas, rebajan su trascendencia. Granada y Santa Fe, concretamente, tuvieron especial protagonismo en aquellas negociaciones entre Colón y la Reina Isabel. Las Capitulaciones firmadas en Santa Fe el 17 de abril de 1492 abrieron el camino hacía un nuevo mundo que el 12 de octubre de ese año descubrió el almirante.

La universalidad del acontecimiento no ha escatimado la polémica interna sobre la celebración. Todos los países celebran alguna efeméride, pero ninguno con la polémica división en su seno de una fecha histórica de este relieve. Es curioso que sea en Cataluña, en los grupos antiespañoles, donde se escuchen las más duras diatribas contra aquél episodio, acentuando su crítica en los abusos -reales, que no se olvidan en la América de hoy- de los colonizadores contra la población autóctona, olvidando, por ejemplo, a Bartolomé de las Casas y el papel que negociantes catalanes tuvieron en la financiación del ambicioso proyecto. Hasta se ha propuesto quitar la estatua de Colón del Puerto de Barcelona, en ese grotesco catalanismo inculto y excluyente.

Hoy, toda la América conquistada es libre, forma un conjunto de naciones que hablan nuestro idioma común. En ella los españoles han recibido apoyo y cariño, incluso en momentos difíciles, como ocurrió en nuestra guerra civil donde los españoles que huyeron de la barbarie y la persecución franquista encontraron refugio, como fue el caso de México, entre otros países, donde los intelectuales -entre ellos el granadino Francisco Ayala que se fue "para seguir viviendo"- ocuparon cargos relevantes en universidades y en la sociedad.

Un día, pues, para la celebración y la crítica objetiva, si se desea, pero sin caer en los extremos de querer atraparla, en uno u otro sentido, por lo que fue un hecho trascendental para la Humanidad que llevaba el nombre de España, que, a veces, parece que tenemos complejo en pronunciar y en recordar.

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