Con Franco los pantanos se hacían mejor

Así las cosas, la presa de Rules se ha convertido en el monumento más importante al mito de la especulación y el despilfarro

En el año 2004 asistí con un grupo de periodistas a un acto con alharacas incluidas en el que nos mostraron cómo se había construido de la presa de Rules y en el que resaltaron los esfuerzos de las administraciones por llevar a cabo una de las obras de ingenierías hidráulica más modernas e importantes de Europa. Nos enseñaron cómo era una presa por dentro y nos quedamos anonadados de la gran inversión que se había hecho en elementos tecnológicos para controlar el cauce y el desahogo del pantano. Todo maravilloso. Ahora cada vez que bajo a la Costa o subo de la misma me entra una congoja enorme cada vez que veo aquella presa, más inútil que los subtítulos en una película porno o los codos de un playmobil. Se le llama la piscina más grande del mundo porque solo sirve para darse en ella un chapuzón o últimamente para practicar ese deporte en el que una persona se sube en lo alto de una tabla con vela. Y es que aquel pantano, que recoge las aguas de Sierra Nevada a través del Guadalfeo, no sirve para los propósitos con los que se había construido: ni para regar ni para suministrar energía eléctrica, más grave en estos tiempos en los que vemos la factura de la luz y nos entra un soponcio. El otro día los agricultores de la Costa se manifestaban nuevamente reivindicando que se hagan de una vez por todas esas conducciones que les sirvan para llevar el agua a sus aguacates y a sus pimientos. Una pancarta con pareado incluido resaltaba entre todas: "Estamos hasta la polla de no poder regar nuestras chirimoyas". Así que de ser una de las obras de ingeniería hidráulica más imponentes y brillantes de los tiempos ha pasado a ser la gran chapuza, digna de tener argumento propio en una de las viñetas de Pepe Gotera y Otilio, aquellos a los que encargaban arreglar la zapata de un grifo y te formaban una inundación. Se trata pues de uno de los despropósitos más llamativos llevados a cabo en esta provincia. Los dos partidos políticos que han gobernado desde entonces se echan la culpa el uno al otro de ser el culpable de tal desaguisado. Y mientras tanto la casa sin barrer y el pantano sin echar agua. Así las cosas, la presa de Rules se ha convertido en el monumento más importante al mito de la especulación y el despilfarro. Total, que con Franco los pantanos se hacían mejor.

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