Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Fusiones de autor

LOS periodistas llegados últimamente a la profesión (es decir, en los últimos quince años) se están acostumbrando ya a las caudalosas intervenciones de Antonio Jara como presidente de CajaGranada. O a que cite al Buscón don Pablos para explicar los vaivenes del mercado financiero. "Yo soy así y a estas alturas nadie me va a cambiar", dijo ayer con una resignada satisfacción cuando la suculenta comparecencia informativa daba la vuelta por el cabo de Hornos. Jara es un tipo laborioso y apasionado, y la misma pasión de servidor público (es decir, de político en el sentido aristotélico del término) que puso durante su periodo de alcalde la pone ahora en un negocio donde la norma es el estreñimiento verbal, la frugalidad de ideas y la circunspección.

Ayer Jara celebraba la culminación parcial del proceso de integración de CajaGranada en Mare Nostrum y para ello organizó un festín de palabras más surtido que la mesa de un Papa. Hubo de todo, desde gollerías confitadas a una taza de olla podrida, desde lenguas estofadas de colibrí a paella mediterránea. Jara dio de nuevo la medida de sí mismo y dejó claro que sin su arrollador entusiasmo la suerte seguramente habría sido otra.

Pensemos: ¿Habría logrado CajaGranada culminar en unos meses la fusión fría sin Antonio Jara en la presidencia? ¿Dónde estaría la caja con otro presidente, con alguien con menos ardor o sin tanta vehemencia? Él elude la respuesta, aunque la deja entrever. Sin Jara al frente de CajaGranada ¿se habría logrado el consenso necesario para dar una paso tan delicado como la fusión? Otro presidente ¿habría vencido la numantina resistencia de la Granada profunda a la integración? ¿Habría doblegado la resistencia del PSOE y del presidente de la Junta?

Yo creo que no. Jara, como se dice de los grandes restauradores, practica la cocina de autor o, mejor dicho, la presidencia financiera de autor, lo que es una característica insólita y en cierto modo hasta peregrina. Ahí van los datos, por si alguien los ha olvidado: Hoy se cumple un año (solo un año) de que Jara compareció en el hotel Carmen como candidato de consenso para presidir CajaGranada. Y siete meses (solo siete meses) desde que accedió al cargo. Y miren dónde estamos.

Es verdad que las mareantes circunstancias y el empeño de los autoridades bancarias han acelerado los procesos de configuración del mapa bancario, pero no es menos cierto que nunca una institución financiera había experimentado cambio tan sustanciales como los de CajaGranada en poco más de medio año. Y el vértigo va a seguir. En un mundo donde las personas se han eliminado en favor de las corporaciones es una satisfacción íntima encontrar a Antonio Jara inventado fusiones de autor. Aunque estén slapimentadas en exceso.

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