APENAS unos días y todo volverá a ser lo que era. La semana que viene comienza la Liga. Gracias a Dios, suspirarán muchos. Madrid y Barcelona ganarán casi todos sus partidos y un par de equipos -Atlético, Athletic, ojalá que alguno andaluz- harán de corifeos. Con el actual, e injusto,  reparto de los ingresos televisivos -la principal parte de la tarta de los ingresos de los clubes- ello no puede ser de otra manera.  En España, la diferencia entre lo que perciben los dos grandes (unos 140 millones de euros al año) y lo que ingresa, por ejemplo, el Rayo Vallecano (19 millones) es tan abismal que rompe cualquier regla de juego equitativo. Incluso los equipos que están solamente un escalón por debajo de los dos colosos -Valencia y Atlético de Madrid-  reciben "apenas" 45 millones de euros, una tercera parte de lo que lo hacen aquellos. ¿Cómo puede haber una liga competitiva, interesante y atractiva con esos números? De ahí que valoremos especialmente lo conseguido, con esos medios, por el equipo colchonero la última temporada. Difícilmente volverá a ocurrir. Y tengamos en cuenta que había que remontarse al campeonato 2003-2004 para encontrar un club que no fuera ni Madrid ni Barcelona conquistando el título liguero.

Pero si a nivel nacional el mosqueo de la mayoría de los clubes con el asunto del reparto televisivos es grande, en el plano europeo es aún mayor, y llegan a señalar que la mayor competición de clubes a nivel mundial -la Champions League- queda completamente desvirtuada por estas circunstancias. Téngase en cuenta que en otros países esa repartición es infinitamente más ecuánime. Así, por citar un caso, en el ejemplo a todos los niveles de cómo gestionar este deporte-espectáculo-religión, Alemania, con estadios permanentemente llenos y entradas asequibles, el equipo más importante, el Bayern de Múnich, se embolsa por derechos televisivos unos 47 millones de euros, apenas seis más que el segundo en esa particular clasificación, el Borussia Dortmund. Y la diferencia entre lo que ingresa el Bayern y el equipo más modesto es de apenas 15 millones de euros (en España casi 120...). Democracia futbolera. Por eso, no debe extrañar que el pobre Guardiola vea volar de sus filas hacia el club merengue a uno de los jugadores de más proyección del continente: Toni Kroos. Ni tampoco el enorme enfado de los dirigentes bávaros. Para terminar, en la otra gran liga, la inglesa, la que más percibe por esos derechos, el reparto es mas igualitario: los siete equipos principales ingresan casi la misma cantidad, entre los 110 y 122 millones de euros. Una manera inteligente, y no estúpida, de garantizar el espectáculo. La Liga, qué peñazo.