HABRÁ partido de Primera División los lunes y de Segunda los viernes. Esta medida, tomada por la Liga de Fútbol profesional y por la Federación Española de Fútbol, ha dejado un calendario que puede parecer terrorífico y ha provocado ya que las voces de muchos se alcen contra algo que les parece abusivo. A mí me parece la mar de bien que haya fútbol todos los días y no creo que sean adecuadas gran parte de las protestas realizadas. Por mucho que desde hoy hasta el 1 de mayo sólo queden seis días sin que pueda verse un partido de fútbol por algún canal televisivo.

Los argumentos para aprobar esta medida son bastante sencillos y contundentes si se miran fríamente y lejos de cualquier pasión o fobia. Para empezar, y aunque algunos no se lo crean, el fútbol se financia a sí mismo. Es decir, no recibe ningún tipo de subvención y vive del espectáculo generado. Y los mayores ingresos de ese espectáculo provienen de la televisión. No de las taquillas ni del marketing, sino de la televisión, que destina buena parte de sus presupuestos a pagar por el fútbol y pide, a su vez, fraccionar cada jornada para poder obtener más ingresos. De ahí que haya fútbol los lunes a partir de ahora.

Además, y ésta es la realidad para los que hablan de saturación, fútbol en televisión sólo hay un día a la semana. Es el sábado por la noche, cuando se emite un partido de Primera División en abierto. El resto de los encuentros de todas las jornadas se emiten bien en canales de suscripción o bien en la modalidad de pago por visión. Es decir, para ver los partidos hay que pagar una cuota o un precio fijado, lo que supone en todos los casos un acto voluntario del telespectador. La ecuación, así, es bastante sencilla. Quien no quiera saturación ni fútbol todos los días en televisión que no pague. Es muy fácil y nadie le obliga.