Crónica personal

Pilar / cernuda /

Gallardón recibe un varapalo

EL ministro de Justicia no recibió un varapalo por parte de Celia Villalobos, de quien recibió el varapalo fue del propio presidente del Gobierno, pues Rajoy fue muy claro al decir a Gallardón que antes de llevar al Congreso la ley de reforma del aborto cambiara impresiones con aquellos que se habían mostrado críticos con ella, y que era necesario alcanzar un amplio consenso dentro del partido. Lo que no deja de ser una desautorización a un ministro que, al presentar el proyecto advirtió que no iba a sufrir ninguna modificación durante su trámite parlamentario. Un comentario que levantó ampollas en los partidos de la oposición, que acusaron a Gallardón de ampararse en el rodillo de la mayoría absoluta, y que tampoco gustó en un amplio sector del partido al que no gustan las posiciones inamovibles.

Rajoy, que ha dejado durante estos dos años de legislatura que el día a día del Gobierno lo coordinara Sáenz de Santamaría, y el del partido lo llevara Cospedal para dedicarse casi en exclusividad a las cuestiones económicas, impedir el rescate y poner las bases para crear empleo en el futuro, llega al ecuador con el partido manga por hombro y con una ley del aborto que ha provocado un profundo debate interno porque Gallardón se empeñó en preparar la ley sin tener en cuenta las distintas corrientes de opinión que existen en el PP. Rajoy no tenía excesiva prisa en sacar adelante esa ley, pero Gallardón sí, y distintos miembros de la Ejecutiva afirmaban tras finalizar la reunión de ayer que al presidente se le veía incómodo por abrir una brecha interna que perjudica a un PP que se debe presentar dentro de cinco meses a unas elecciones europeas, y que además ha colocado en primer plano un asunto que era innecesario plantear en los términos en los que lo ha hecho Ruiz-Gallardón. Lo que quería la mayor parte del partido era que llevara a las Cortes una sola modificación sobre la que sí había unanimidad en el PP y un enorme respaldo social, incluso en la izquierda: revocar que las menores de 16 años pudieran abortar sin autorización paterna.

Todo lo concerniente al aborto provoca debate intenso y, casi siempre, con posiciones inamovibles porque intervienen cuestiones morales a las que nadie renuncia. Cuando España está como está, tratando de salir de una crisis a base de políticas que obligan a hacer un gran esfuerzo de austeridad y renuncias, poner sobre la mesa el aborto provoca un profundo malestar a un presidente del Gobierno que tiene otras prioridades.

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