Juan Prieto / Deportes@granadahoy.com

García Arrabal y el Atlético

La marcha del empresario supone el principio del fin para un proyecto que nació impulsado por el Ayuntamiento

LA definitiva renuncia de Roberto García Arrabal a continuar como directivo del Granada Atlético supone el principio del fin para un proyecto que nació impulsado por Torres Hurtado y Juan Casas desde el Ayuntamiento con el fin de 'sustituir' al Granada CF, entonces acuciado por las deudas, con una pésima y polémica gestión y sin visos de futuro. Los empresarios recogieron el encargo del Consistorio y pusieron en marcha una legítima iniciativa que se les vino abajo el mismo día que Lorenzo Sanz puso su ojo, y su dinero, en el club rojiblanco.

La idea de García Arrabal y sus socios no era otra que devolver a la ciudad al fútbol profesional, con una importante inversión económica que no incluía asumir las deudas del Granada CF, y por ello se partió con otro club desde cero. Pero el resurgimiento deportivo del histórico fue un lastre demasiado pesado para un proyecto que recibió una estocada mortal cuando su primer equipo perdió en Los Cármenes ante el Bezana.

Para colmo de males para los empresarios, renació la figura de Carlos Marsá, quien se les adelantó en la compra de las acciones del Ciudad de Murcia simplemente porque puso encima de la mesa del despacho de Pina mucho más dinero. Si no hubiera sido así, nadie duda de que el Atlético jugaría hoy en Los Cármenes en Segunda A. Pero con el panorama actual, para casi nadie tiene sentido la continuidad del Atlético, excepto para aquellos que quieren utilizarlo como arma arrojadiza contra Marsá y así impedir que cambie la "situación de uso del estadio de Los Cármenes con respecto a la temporada anterior". O sea, que siga habiendo dos equipos utilizando el coliseo del Zaidín para cerrar la entrada del '74'. Por eso se va García Arrabal, porque no quiere ser 'usado' por nadie. Pero es una lástima que, pese a algunos errores puntuales, fruto de su inexperiencia en el ámbito deportivo, se desanime un empresario que ha demostrado un potencial muy importante tanto económico como de gestión. Granada no puede permitirse el lujo de desaprovechar a gente tan válida.

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