Gazpacho

Lo malo es que de tanto marear los ingredientes acabe por oxidarse y haya que tirarlo por el sumidero

En todo buen gazpacho debemos encontrar como ingredientes básicos el aceite, el vinagre y el tomate; buscando recetas en múltiples sitios siempre he encontrado estos elementos. Excluyo las recetas exóticas de otros gazpachos que en verdad no merecerían tal nombre. O sea es, por hacer un símil político, como la clásica división entre la derecha, el centro y la izquierda. Tiene que haberlos para que la cosa medianamente funcione y tenga su sabor propio. Claro que la combinación de esos elementos debe tener las proporciones adecuadas, pero eso lo dejo a gusto del lector que el voto es secreto y los paladares propios.

Luego hemos de añadir pepino o cebolla o pimiento verde, o cualquier combinación de ellos, que para gustos, ya saben, que como los colores; y por supuesto su puntita de sal o su 'pizquita', a gusto de la cocinera y del cocinero. Siguiendo con las similitudes digamos que tendríamos en la olla política a otros grupos menores o minoritarios o regionalistas, incluso podríamos llamarlos nacionalistas, aunque eso ahora está (muy) mal visto. Y seguro que muchos pensarán que me olvido de unas cabecitas de ajo para darle su punto de picor; bueno pues añadan algún otro grupo político extemporáneo que aparezca alguna que otra vez y con ello ya tenemos todos los ingredientes.

Pareciera que la cosa es simple y se trata de batir el tiempo adecuado, de pasar por colador o por el tamiz o el 'chino' e ir añadiendo agua, si puede ser que ya esté fresquita mucho mejor, y menear, agitar, revolver, mezclar, y seguir meneando, agitando, revolviendo, mezclando todos los ingredientes. Y en esta fase de 'marear' (la perdiz no, sino el gazpacho) es donde nuestros ingredientes políticos se encuentran atascados. Y parece que el gazpacho no termina de salir.

El jefe de cocina en funciones no sabe si añadir más agua o más tomate o aceite o cualquiera de los ingredientes que terminen de dar sabor al gazpacho gubernamental. Y aquí estamos los comensales, usted, yo y el resto de comensales votantes, esperando cómo terminara de saber el gazpacho. Con estos calores de julio, ¿a qué español no le apetece un gazpacho fresquito? Lo malo es que de tanto marear los ingredientes puede que el gazpacho acabe por oxidarse y tenga un sabor horroroso, o lo que es mucho peor que haya que tirarlo por el sumidero y repetir la receta. Y para entonces tengamos que hacer un potaje de invierno. Sudores me da el pensarlo. Vale.

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