Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

El Gobierno hechiza

Es un Gobierno rutilante: libre de cintura para abajo, progresista en lo social y fieramente neoliberal en lo económico

El Ejecutivo hechiza: gente limpia, con una trayectoria profesional admirable y espejo de la sociedad. Once mujeres, dos gays, varios federalistas, fiscales, jueces, catedráticos, amigos de la Tierra y de los animales, un ex presidente del Parlamento Europeo, un astronauta, un "cretino fosforescente"… sólo falta un pobre. El líder del PSOE, sin presiones territoriales, ni cuotas de género, ni compromisos con las corrientes internas, ha formado un equipo ministerial libre de sospechosos habituales y capaz de afrontar los problemas del país en presente y no en diferido. Sánchez ha dejado KO a Ciudadanos y ha creado un Gobierno infinitamente mejor que el de Rajoy y que el que hubiera perpetrado Susana Díaz, la presidenta andaluza, la "ganadora" definitivamente jibarizada.

Inquieta, sin embargo, que la obra de Sánchez contente a sus antiguos adversarios: a la presidenta del Santander, a los guardianes de los mercados, a las autoridades europeas, a los medios que lo calificaron de aventurero y ahora cambian sus líneas editoriales y sus altos directivos por otros más piadosos. Tal unanimidad mueve a revisitar biografías e ideas prematuras. Y así resulta que, junto a progresistas compulsados, figura Lidia Calviño, caporal de la ortodoxia europea, que despide cariñosamente a su "amigo", "preparador" y predecesor, el ex ministro popular Ramón Escolano. Y María Jesús Montero, en el origen de la fusión confusión y desfusión del sistema hospitalario andaluz como consejera de Sanidad. Después, como responsable de Hacienda, privatizó lo que pudo, incluido gran número de edificios por los que ahora paga alquiler la Junta, y disparó la deuda pública de la comunidad de 23. 898 millones a 34.260 millones de euros en cinco años. Y Redondo, el jefe de gabinete de Sánchez: realizó el mismo trabajo para Monago, prestó servicios a Albiol (el que pretendía "limpiar" Badalona) y Basagoiti y estuvo ligado profesionalmente tres lustros al PP. Restan otros, como Marlasca, que quedarían igual de guapos en un consejo de ministros del PP o Ciudadanos.

Mientras los gestos se convierten (o no) en hechos, ignoraremos si el PSOE acabará mirando a Lisboa o sólo tiene ojos para Bruselas. De momento se ha situado en el epicentroizquierda moderado y policromado del espectro político. Contamos con un Gobierno rutilante: libre de cintura para abajo, progresista en lo social y fieramente neoliberal en lo económico… hasta el punto de que podría estar dirigido por Rose D. Friedman. Aún así, merece los cien días de confianza que PP y Cs le niegan. Y mueve al orgullo histórico el tener más ministras que cualquier país en el mundo… aunque algunos las hubieran preferido también socialdemócratas.

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