Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Gobierno pelele

Ser maniquí es en lo que ha quedado una presidencia fallida desde que le tocó en la tómbola a Pedro Sánchez

Sobrevuela la idea de los motivos ocultos del sanchismo para okupar el poder por tiempo limitado a sabiendas de la inviabilidad de su apuesta. Algunos crédulos quisieron creer que echar a la derechona corrupta era razón suficiente para jugar esa partida de póker que, para sorpresa de los propios, le salió bien a este actor colón en la Moncloa. Pero ya ni los más ingenuos se creen, vista la caradura, que tenía algo de cierto aquel vamos a cambiar las cosas y a hacerlo con más decencia. La prueba del desaguisado es este Congreso de los Diputados tabernario donde reina el rufianismo, el choriceo, la incapacidad para gobernar, el grito, el insulto a cara de perro y la vendetta.

Prisionero de sus socios, Sánchez ya apunta elecciones tras constatar que sus presupuestos de ricacho buenista eran más de jipi bienintencionado y soñador que una apuesta de gobierno realista. Me hastía el maniqueísmo de los partidos que o privatizan salvajemente o reparten subvenciones ilusorio-ruinosas sin pensar que las pagamos todos. Unos hacen negocios y otros los dilapidan. Qué cruz de mentes cortas.

Con los catalanes ordenando qué se hace desde su minoritaria minoría y con el Robespierre de la coleta susurrando lo que hacer desde el casoplón cuida-niños, Pedro se ve que se dedica, con estilo versallesco, a planear viajes al Caribe con su señora, jugar a ser él el rey mismo en las recepciones regias y a aparentar que hace y decide algo mientras Carmen Calvo fomenta el franquismo destapando heridas y tumbas y ejerce de hembrista mientras que el jefe sestea.

Se aclara la idea de que okupar el cargo era el objetivo en sí, por la pensión y por lo que lucen las fotos para que te vea triunfador la familia o cogerte aviones a cargo del presupuesto. Ser presidente maniquí, más de pasear modelitos y poner poses de chulín, es en lo que ha quedado una presidencia fallida desde que les tocó en la tómbola. En buena lid democrática, las elecciones debieron convocarse al día siguiente. Pero la tentación siempre acecha.

Con el susanismo y su tela de araña de cuarenta años de paz a punto de pasar la reválida, Sánchez ya ve que se le acaban esas vacaciones pagadas. Que me quiten lo bailao, parece que piensa con esa su leve sonrisa. Pero los demás nos enfurecemos por lo que esta bromita nos cuesta.

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