El sindicato de prostitutas le ha metido un gol al Gobierno. Desbordando por la izquierda y con un taconazo, se marcaron un túnel que hizo imposible la estirada de la portera, quien lamentó la jugada echándole la culpa a su defensa. El VAR de Moncloa estudia cómo anular el gol al Ministerio.

Silbados tras el disparate, los socialistas juegan al despiste amagando con exhumar a Franco por la extrema derecha; y por la extrema izquierda con quitar la pelota de sus ahorros a quienes ganen más de 60.000 euros, que ya son ricos según los suplentes de morado, aunque a final de mes no vean los motivos.

Golazo el que van a ver sobre sus impuestos los usuarios de diésel. Declarados los ultrasur de la contaminación verán caer sobre sus máquinas de trabajo todo el peso del balón impositivo del gobierno. Gol botado desde el córner de la gasolina, más fina.

Más que cambios el entrenador del Atlético Moncloa ha ordenado purgas en la alineación de RTVE. Pero lo llaman "relevos". Ahora nos toca a nosotros, gritaba Pedro desde la banda. De tan amplia que para el segundo tiempo del partido no saldrá ningún titular de la pasada temporada. Hasta el color de la camiseta informativa cambia. Del azul, ahora pasa a las rayas rojas y moradas.

Para las izquierdas el 4-3-3 de la pluralidad informativa, o va de tono rojipúrpura o es pura manipulación periodística, merecedora de un viernes negro a la semana. 'Censora' María Mateo es como el De Jong de las purgas a periodistas no afines a su ideológica batalla. La Luis Suárez mordiente de los campos catódicos.

La mayor goleada viene del Estrecho. Por Levante o Poniente, a babor o estribor, Ceuta o Melilla, Aquarius o Open Arms, las mafias se los están colando al equipo de Pedro por encima de la barrera. La línea de cal es viva, el excremento de defensa huele, y con ataques al guardavallas de verde salvan la barrera.

Aunque el gol estrella lo ha marcado la extrema ministra de Justicia. Despechada como venía por ser desmentida, filtró el coste que pagará España al abogado belga de Llarena. La transparencia que niegan al partido del Falcon vs The Killers, en este caso sí le parece precisa. Humillarla desde el banquillo fue para ella un insoportable castigo; esa filtración es su venganza, su golito.

Es la liga de este Gobierno, sus goles, tiros libres y sus fuera de juego.