Señales de humo

josé Ignacio Lapido /

Goteras

HAY dos formas de enfrentarse al incómodo hecho de que aparezcan goteras en tu casa. La más rudimentaria, e ineficaz a medio plazo, es poner un cubo debajo e ir vaciándolo conforme el agua de lluvia lo rebose. Otra, más costosa pero definitivamente más fiable, es llamar a un albañil para que te repare la grieta por donde se produce la filtración.

En nuestro país las goteras no son cosa de este invierno, nos tienen a maltraer desde hace años, pero lo que antes era una lluvia de intensidad variable se ha convertido en un aguacero continuo. Y luego dicen que España tiene un clima seco. Falso: soportamos un auténtico diluvio. Por bastante menos de lo que está cayendo aquí Jehová ordenó a Noé construir el arca. Si por lo menos fuera lluvia… pero son aguas fecales lo que cae.

Durante todos estos años de incremento pluviométrico, los responsables de arreglar las goteras, esto es, los habitantes de la casa también llamados votantes, nos hemos conformado con poner cubos: cuando se desbordaba el cubo marca PSOE lo hemos cambiado por otro marca PP. Y así alternativamente. ¿De qué ha servido? Hemos visto empapelar o pasar por el trullo a ministros, banqueros, empresarios, jueces, presidentes autonómicos, diputados, alcaldes… Los tres poderes del Estado y su jefatura, también salpicada.

Como decía, la inutilidad del remedio utilizado es manifiesta, esta semana se han vuelto a desbordar todos los cubos que se pusieron a raíz de lo de Bárcenas. Lo que ocurre es que el tejado de la casa común se encuentra ya tan deteriorado que será muy difícil encontrar un albañil que lo repare: está a pique de venirse abajo.

Causa rubor leer el parte meteorológico español en la prensa extranjera, porque no se limitan a dar noticias sobre la borrasca de la corrupción sino que inciden sobre unas cifras de paro que asombran al mundo y que nadie se explica cómo no han derivado en revueltas sociales. El estrambote lo pone el nacionalismo separatista, que nos ha deparado una escena del teatro del absurdo: Artur Mas en La Zarzuela explicándole al rey los detalles de su plan secesionista. Con papelones como este comprendo que don Juan Carlos tenga que irse a cazar elefantes de vez en cuando. Yo también lo haría.

El Estado hace aguas. Por podridas que estén sus estructuras, urge un entendimiento entre de los dos partidos mayoritarios para reformar la Constitución y cambiar la ley electoral. Todo lo demás son apaños que durarán lo que tarde en estallar la siguiente tormenta. Mañana mismo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios