Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Granada Central

Capital y Área Metropolitana necesitan tratar urgentemente la contaminación, no es cuestión de izquierdas ni de derechas

Cuando hay malas noticias no puede faltar entre las primeras del ranking: Madrid y alrededores, Barcelona y alrededores y, cómo no, Granada y su Área Metropolitana. Y es que Granada no podía dejar de encabezar la lista negra de las ciudades más contaminadas de España, campeona junto con las dos grandes urbes en rebasar los niveles legales permitidos por la UE en dióxido de carbono y partículas PM10, que hacen que el aire granadino sea irrespirable.

Que si estamos rodeados de montañas, que si el aire no circula tan bien como en la costa… Excusas, porque si el enclave único de Granada dificulta que las partículas contaminantes se dispersen, hay que ponerle solución. Lo importante es disminuir su emisión al máximo, en ello va nuestra salud.

El problema no es solamente este, ya tremendo, es también desgraciadamente cuestión de ideologías. Usualmente en Occidente -lo que no comparto-, la ecología y la defensa de la naturaleza y los animales son espacios ideológicos secuestrados por la izquierda y su superioridad moral, que impone el pensamiento único de que ella es la única que abandera políticas verdes, mientras que la derechona sólo propugna desarrollismo e industrialización feroz a costa de la salud de todos los seres vivos del planeta. Para colmo, llega Almeida y quiere finiquitar Madrid Central, ofreciéndole en bandeja al ecologismo de izquierdas todos sus argumentos.

La contaminación, y principalmente la atmosférica, es el mayor problema que tiene nuestro planeta, sobre el que he profundizado mucho jurídicamente. Aquí solo quiero apuntar que la legislación española al respecto no tiene nada que envidiarle a la de los países de nuestro entorno, el problema es de ejecución.

Granada y su Área Metropolitana necesitan un tratamiento urgente para rebajar su altísima contaminación, y no es cuestión de izquierdas ni de derechas, es cuestión de todos. Pero ya ha salido el PSOE a echarle la culpa al gobierno Frankenstein granadino, cuando lleva un mes y poco rigiendo la ciudad. La contaminación es cosa de tiempo en el que poco o nada se ha hecho para minimizar sus efectos. Culpables todos los gobiernos municipales de Granada y alrededores, presentes y pasados, y también todos nosotros.

Granada necesita más carriles bici -no desmontarlos como ya se hizo-, más educación ambiental, más uso de un transporte público eficiente, menos coches, menos motos, menos anillos y teleféricos, más apertura del Darro y naturalización del Genil y un Granada Central de manera urgente.

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