Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Granada despierta

Granada se ha convertido en una provincia periférica pobre, sin perspectivas de progreso y con un desequilibrio territorial insostenible

Existe una fea costumbre extendida entre determinados oriundos de la metrópoli sevillana y también entre nuestros políticos -inducida por el sentir institucional del régimen andaluz-, de que los granadinos sólo sabemos lamentarnos ante nuestra situación de postergación, y que no aportamos más que llanto, quejido y envidia, en vez de esfuerzo para convertir a Granada en un territorio tan próspero como Sevilla.

Esta crítica tendenciosa sobre nuestra aciaga realidad es sólo una excusa para abandonar a Granada ex profeso y así persistir en su postergación bajo esa perversa justificación, mientras que Sevilla progresa gracias a la fortuna que le proporciona ser capital y sede de casi todas las instituciones de su Andalucía, y cada día de más, dado el afán centralizador y acaparador de la Junta. Por cierto, que en otras CCAA que se formaron artificialmente tras la CE del 78, no existe capital autonómica, como en Castilla-La Mancha y Castilla y León, que únicamente tienen sedes institucionales, pero en la artificial Andalucía, Sevilla tenía que ser su capital, sí o sí.

Llorones, catetos, estos adjetivos y otros muchos más que se nos endosan a los granadinos deben servirnos de revulsivo para que empoderemos de una vez a Granada, no ya para que se nos oiga en una autonomía fallida que lleva 41 años dándonos la espalda, sino para conseguir nuestro propio reconocimiento como territorio histórico autónomo, como Comunidad Autónoma Histórica de España, que es el lugar que nos corresponde en la Historia, en el mapa de España y en nuestra bandera, por mucho que la Junta andaluza quiera adoctrinarnos desde la escuela suprimiendo la Historia de nuestro Reino y Región de sus libros de texto.

Nuestra Historia ni se oculta ni se olvida, por más que se afanen desde Andalucía, por eso Granada está despertando ya y debe seguir despertando para renacer cual ave fénix de nuestras propias cenizas, propiciadas por el inconstitucional régimen surgido del fracasado referéndum del 28-F, que nos ha convertido en una provincia periférica pobre, sin perspectivas de progreso y con un desequilibrio territorial insostenible. Lo hemos perdido todo estando en ella: riqueza, desarrollo, innovación, gestión de nuestro patrimonio, infraestructuras, poder y estructuras institucionales.

¿Queremos seguir así otros 40 años más? No. Por ello, debe ser objetivo común e ilusionante para todos los granadinos despertar para salir de Andalucía. La lacerante situación de Granada debe acabar y el Granadexit es la llave para cambiar nuestro futuro, porque Granada está despertando ya…

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