Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

La Granada inmóvil

La pasividad de autoridades y ciudadanos ha hecho una ciudad y provincia petrificadas en el pasado

A Granada no la mueve ni los terremotos. Diré que menos mal, porque sólo hubiese faltado que los monumentos que certifican la gloria de nuestro pasado, la sismología que tantas veces nos ha asustado, los hubiese derribado. ¿Qué sería de Granada sin la Alhambra, la Catedral, el Palacio de Carlos V, el Hospital Real, la Cartuja… reclamo de la única industria que tenemos como tal, la turística? Vivimos del pasado y con el pasado. Decía un ilustre observador de nuestra realidad, replicando a los pocos que rompen con sus demandas la desidia de autoridades y ciudadanos, que si no tuviésemos la Alhambra, a lo mejor era más fácil movilizar a los cómodos gobernantes locales para hacer, en el ámbito que le compete, o reclamándolo a mandatarios superiores, algo nuevo, para abrir caminos de esperanza y modernidad para ponernos al nivel de expectativas para sus ciudadanos que otras ciudades y provincias próximas han conseguido. Nos quejábamos, con razón, antes del centralismo madrileño y ahora, del sevillano. Aplaudo a quien exigen y espolean a gobernantes a cubrir objetivos. Ahí tenemos ahora un fantasmagórico Corredor Mediterráneo que no sabemos por dónde irá ni cuándo, porque, en el mejor de los casos, habrá un proyecto para aplicar, algún día con la 'velocidad Granada'. Ha pasado con la autovía a la Costa, la presa de Rules, las conexiones ferroviarias, incluyendo el AVE, convertido en avecilla de corto vuelos. Y a propósito de ferrocarril, ¿recordamos cómo ha servido de cachondeo, desde el siglo XIX, el tren a Motril que, de vez en cuando reviven algunos chistosos? Y más cercano, cómo se opuso el Ayuntamiento de Torres Hurtado al proyecto sugerido por Moneo de construir una estación al nivel de una Granada moderna y en expansión. Era demasiado caro, se dijo. Con una estacioncilla digna de un apeadero de película del Oeste teníamos suficiente. No pensaron en despilfarros los regidores de Valencia -el complejo de las Artes y la música, por ejemplo- o los de Málaga, creadores de nuevos espacios culturales, urbanos, aéreos, etc. para no alejarse de una España en progreso. Aquí, hasta el proyecto de un modesto Teatro de la Ópera ha pasado al sueño de los justos y su solar será destinado a otros usos. Y eso que por ahí anda un fantasmagórico proyecto de la capitalidad cultural para el año 2031. Mientras tanto, repasando el catálogo monumental, ¿qué espacio arquitectónico puede definir a la Granada de las últimas décadas? Alhamar y sus sucesores o Carlos V fueron los referentes de una ciudad. Hasta los Reyes Católicos pensaron en el eterno reposo en Granada, a pesar de que, siglos después, seguimos empeñados en perder el tiempo polemizando sobre el pasado, en vez de pensar en el presente y en el futuro.

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