Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

Granada, la ninguneada

El 'exit', el éxito y el existir de Granada deben llegar si queremos que nuestra tierra tenga un futuro

El Legado Andalusí, la Escuela Andaluza de Salud Pública, la inversión más baja por habitante de toda Andalucía en el cuatrienio 2016-2020, y en todos los anteriores, hasta la exclusión de los premios Meridiana… la lista de ninguneos a Granada es interminable. ¿Qué tiene que suceder en Granada para que nuestros políticos reaccionen en favor de la defensa de su tierra en vez de defender los intereses de sus partidos o los suyos propios?

Evidentemente, después de 40 años, ya han demostrado que no van a hacer nada que pueda contradecir a sus cúpulas, aunque sus decisiones vayan en contra de Granada, la posterguen y la hundan más en el abismo de la pobreza, el paro y la depresión económica.

Ante esta lamentable realidad, es hora de que en Granada se haga política de otra manera, es la hora de la nueva política granadina, en la que los ciudadanos asumamos lo que los políticos apoltronados en sus sillones de poder no hacen por nuestra tierra.

La única solución real y efectiva ante la preterición sistemática de Granada en esta comunidad que no nos representa, ni nos defiende, ni tan siquiera nos atiende, es salir de Andalucía para constituir una autonomía propia.

El Granadexit se hace cada vez más acuciante, no sólo porque nunca se debió incorporar nuestro territorio a Andalucía, sino porque cada vez se nos desprecia más, se nos ningunea, se nos excluye de todo, se nos sitúa a la cola de ocho provincias, mientras la recentralización hacia Sevilla se acelera e intensifica en instituciones que radicaban en Granada y que se habían establecido aquí para intentar contentarnos con caramelos, después de desconcentrar salas del TSJA en Sevilla y Málaga (¿han visto salas del TS en Toledo o Ávila?), quitarnos la Región Militar, la independencia de distintos colegios profesionales. Lo intentaron con la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación y no pudieron, pero sí con otra multitud de instituciones que antes de entrar en Andalucía se situaban históricamente en nuestra tierra, dada su importancia judicial, administrativa, militar, eclesiástica, etc, durante siglos. Lo único que nos queda es la archidiócesis de Granada, aquí desde 1492, y que incluye las sedes de Almería, Guadix, Jaén, Málaga , Melilla y Cartagena, o sea, el Reino de Granada.

Basta ya, Granada no puede seguir ninguneada por más tiempo. El Granadexit es prioritario para nuestra supervivencia territorial. El exit, el éxito y el existir de Granada deben llegar si es que queremos que nuestra tierra tenga un futuro en donde la palabra "ninguneada" no exista.

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