Granada como trampolín

Que ahora no gobierne quien ganó con holgura las elecciones es una de las opciones que la democracia permite

En este tiempo extraño de encierros y distancias las celebraciones tienen algo muy especial, como un plus añadido. Y, al mismo tiempo, la excepcionalidad del día a día nos hace pasar como de puntillas por muchas efemérides.

Hoy quiero celebrar (y también añorar), en este breve espacio sobre el papel, que el 5 de mayo de 2016 hubo un cambio en el Ayuntamiento de Granada que trajo consigo tres años llenos de fuerza, de música, de luz.

Es cierto que el PSOE ocupó ese día la alcaldía porque el anterior regidor de la ciudad estaba detenido. Es verdad que lo hizo sin contar con apoyos suficientes, asumiendo a solas esa responsabilidad. Pero no es menos cierto que en los siguientes tres años, los que duró ese mandato, Granada cambió a mejor. Y mucho.

Recuperó el pulso de ciudad de la música (¡ay, ese Distrito Sonoro!), ocupó un sitio entre las ciudades que miran a la ciencia, consolidó su papel como referente de turismo de calidad, se posicionó como ciudad de referencia en relación a los servicios sociales…un equipo de tan solo ocho personas consiguió que nuevamente sintiéramos orgullo de ser de Graná.

Los resultados de las siguientes elecciones corroboran el trabajo bien hecho. Y que ahora no gobierne quien ganó con holgura las elecciones es una de las opciones que la democracia permite.

Pero qué distinta habría sido la ciudad del Covid-19 si gobernara quién obtuvo la mayoría de votos en esas elecciones: cuantas medidas se habrían tomado a tiempo, cuantos problemas se habrían resuelto antes de que se convirtieran en emergencias, cuantas personas podrían sentirse aún más orgullosas de ser granadinas.

Y no, no es que me ciegue la pasión: el nuestro es el ayuntamiento que menos iniciativas ha tomado durante el estado de alarma, sea del color político que sea. De hecho, el PSOE ha llevado la voz cantante cuando se ha tratado de tomar el pulso a las necesidades ciudadanas, de presentar propuestas concretas que puedan solucionar los problemas que afectan a hostelería, comercio, personas desempleadas, familias,… y fruto de ese trabajo colaborativo es su Plan para la reconstrucción de Granada. Por extraño que parezca, en nuestra ciudad la oposición hace el trabajo que el equipo de gobierno aún ni se ha planteado.

Qué pena de Granada. Con la de posibilidades que tiene y lo mal aprovechadas que están en manos de esta gente, que más parece que están aquí buscando otras tribunas que peleando por las personas que habitamos la ciudad. Granada como trampolín.

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