El consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía, Juan Bravo, que está de gira por algunas provincias y medios de comunicación para difundir las bondades de su proyecto de Presupuestos andaluces para 2022, ha pisado esta semana un charco en Málaga y ha salpicado gotas muy sucias hacia Granada. Antes de una reunión con empresarios para contarles la "histórica" inversión que la Junta tiene prevista en su provincia, hizo unas declaraciones con las que claramente pretendía halagar a los malagueños, pero dejaba a otros territorios a los pies de los caballos. "Alguien puede pensar que todo se centra en Málaga, pero gracias al enorme esfuerzo que está haciendo esta provincia, hay empresas que, como no encuentran hueco en Málaga, se trasladan a Granada o Jaén".

Desconozco las reacciones que en la primera provincia del mundo productora de aceite de oliva ha podido suscitar la declaración de este miembro del Gobierno andaluz, pero en Granada la noticia no tardó en producir urticaria. "Somos el trastero de Málaga", se decía el martes por la mañana. Y algunos representantes de la Junta, con la cabeza baja y a la espera de mejores noticias para sacar pecho. Los socialistas no tardaron en reaccionar para exigir una disculpa.

Como la declaración era tan de principiante en la política, quise comprobar si podría ser una de esas frases que se suelen achacar a la mala interpretación. Pero nada, el contexto apuntaba a lo mismo. Si se escucha todo la conclusión sobre el mensaje de este funcionario de la Agencia Tributaria es que ese "motor económico" en que se ha convertido Málaga está "arrastrando al resto de Andalucía" y por eso merece unos presupuestos que le favorezcan: "Cuando algo parece negativo para el resto de provincias, se está convirtiendo en algo tremendamente positivo". Esta frase recuerda al ya clásico de Mariano Rajoy: "Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo beneficio político".

Esto va más allá de la desfasada disputa del orgullo provincial. Que Málaga es un motor económico en auge es un hecho. Que atrae empresas punteras, se constata día a día. Que eso puede ser bueno para todas los territorios próximos, sin duda. Bienvenido sea, nadie dijo que nos pareciera negativo, salvo el consejero. Pero la Junta de Andalucía no puede utilizar esa justificación para priorizar inversiones públicas que afectan a todos los ciudadanos, como carreteras o nuevos hospitales. También podría argumentarse lo contrario. Es decir, que la Administración ayudara a impulsar a aquellos territorios o sectores que pudieran parecer más necesitados de incentivos para atraer empresas. Aunque esto sería otro debate.

Con el propio criterio del consejero, sobre la necesidad de premiar a los que más crecen, la respuesta que en el mismo acto dio a los rectores de las universidades andaluzas carece de sentido. Explicó que para atender sus demandas de más financiación tendría que quitar dinero de la sanidad, algo así como dejar a los pobres andaluces sin asistencia médica para que en las aulas o los laboratorios haya más docentes, científicos e investigadores, además de estar mejor pagados. Cuesta pensar que no hay otra partida de todo el presupuesto de donde sacar lo que reclama, por ejemplo, una universidad como la de Granada, que también ha demostrado -y es un hecho- ser un verdadero motor de progreso, el más destacado de Andalucía en el ámbito científico y en sectores en auge como la inteligencia artificial. ¿Esto no merece su apoyo, señor consejero?

Habrá que ver si Bravo da la misma explicación -la de que habría que quitar enfermeras o medicamentos- a los magistrados, jueces, abogados o procuradores de Granada que se han rebelado esta semana contra unos presupuestos que un año más no recogen inversiones para arreglar el problema de la dispersión de sedes. Ellos mismos hablan de un claro "agravio comparativo" con otras provincias como Málaga que sí tienen partidas para sus ciudades de la justicia. ¿También a Granada llegarán los asuntos judiciales que no caben en Málaga?

Para respiro de aquellos que estos días miraban hacia abajo en Granada, en los últimos días se han sucedido dos anuncios de consejeros de la Junta. Imbroda nos trae la Copa del Rey y Marifrán Carazo la ampliación del Metro por Churriana y Las Gabias. Así sí, y sin ofender a otras provincias, que no cuesta nada.