En diciembre de 1963, en la Plaza de la Trinidad podíamos asistir a una de las estampas navideñas de Granada como era la aparición de las parvas de pavos. Una imagen entrañable que aún permanece en la memoria de muchos. El bullicio de la plaza, la elección del pavo para Nochebuena, toda una fiesta que se preparaba con días de antelación.

La imagen nos despierta cierta curiosidad como aquel personaje que se mete las manos en los bolsillos y nos mira junto a unos niños que contemplan los pavos o como aquel que con el gomero en la mano se muestra oteando su presa.

La presencia de estos animales en la plaza era todo un espectáculo para los pequeños. En un momento en el que no había consolas de videojuegos, móviles o internet, la diversión podía residir en tirar con un gomero a los pavos sin que les pillaran los vendedores. Estos aparecen a la derecha de la imagen y según comenta el autor de la fotografía eran bastante conocidos en Granada. Igualmente, no deja de sorprendernos en el centro de la imagen ese pavo que intenta escaparse como si la Nochebuena no fuera con él mientras que la señora del delantal no deja de seguirlo con la mirada. En un segundo plano, personajes paseando, charlando en un banco o simplemente los niños jugando, imagen que por otro lado cada vez es más difícil encontrar.

Una imagen entrañable que contrasta con la visión actual de una plaza por la que hasta hace poco tiempo apenas se podía pasear debido a la presencia de los molestos estorninos. Es curioso, tomar esta imagen en nuestras manos y dar un paseo por la Plaza de la Trinidad. Podríamos establecer la localización de cada uno de nuestros personajes principales e incluso de aquellos que aparecen paseando ajenos a la mirada de la cámara.