Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Guiso preelectoral

LA burda conspiración para relegar, postergar y, en algunos casos, expulsar a los integrantes de la cúpula de la Policía Local durante el mandato del alcalde José Moratalla, está siendo acreditada, aunque con años de retraso, mediante sucesivos fallos judiciales que ponen en evidencia los ilegítimos métodos de una caza de brujas sin parangón en otro cuerpo policial, en otra provincia ni en otra corporación. Ayer supimos que el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha anulado el expediente de expulsión abierto en 2003 contra el ex portavoz policial Jacinto Sánchez.

La áspera estrategia de discriminación puesta en marcha por el ex concejal José Antonio Balderas y el alcalde José Torres en connivencia con sectores policiales que se identificaban con el equipo de gobierno del PP en contraposición con el socialista aún sigue viva. El clima de sosiego que trajo el nuevo concejal responsable de la Policía tras las elecciones municipales no ha apagado los rescoldos de aquella sucia trifulca que por poco si llega a las manos o, como confesó algún agente en los momentos más tensos, a las pistolas. O a las porras, dicho sea para quitar hierro (hierro y munición).

Una de esas ascuas aún vivas la personifica la portavoz provincial del PP, Eva Martín. La ex concejal ha sido uno de los más fieles mantenedores de aquel espíritu original de pendencia. Las descalificaciones contra el último responsable de la Policía Local durante la alcaldía del Moratalla, Luis de Haro (hoy jefe superior de la Policía Nacional) han sido numerosas, agrias e inmoderadas. De hecho, Martín tendrá que comparecer como imputada el próximo día 13 para responder ante el juez de un supuesto delito de injurias contra De Haro.

Ahora, sin embargo, nos encontramos en un estadio de la controversia donde impera el ruido, la demagogia e incluso el absurdo, que son tres de los ingredientes típicos de los guisos preelectorales Por un lado, el PP, en masa, suscribiendo la teoría de la "doble vara de medir" en apoyo de la portavoz denunciada. Y de otro, el propio Luis de Haro amenazando con presentar una querella contra no se sabe qué dirigentes del PP por llamarlo, en un comunicado sin firma, "activo militante socialista".

Dice el jefe de Policía que tal calificación -¿o descalificación?- es "delictiva". En este estadio de la discusión, en el que todos intentan gritar más alto que el contendiente y poner más denuncias ante el juez, sería muy de agradecer cierta cordura. ¿Qué le escuece más a De Haro, ser "activo", "militante" o socialista"? ¿O las tres cosas o ninguna? ¿Qué testimonios y documentos tiene el PP para probar que el jefe de Policía actuó con menos celo a la hora de investigar los trapos sucios de los concejales socialistas?

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