LO prometido es deuda: hablemos del Gobierno. Del Gobierno que se dispone a formar Manuel Chaves en cuanto supere otra vez el debate de investidura como presidente de la Junta de Andalucía (16 y 17 de abril).

Lo primero que cabe resaltar es que la composición del sexto Ejecutivo de Chaves depende de la composición del segundo Ejecutivo de Zapatero. ¿Subordinación una vez más? No exactamente. En este caso se trata de que algunos personajes del PSOE andaluz pueden ser llamados por Zapatero a importantes tareas nacionales, dejando huecos para la delicada labor de encaje de bolillos con que el presidente de la Junta configura sus equipos.

Es un asunto que afecta a la correlación de fuerzas en el seno del PSOE, pero también a la representación en el Gobierno de la nación de dos de las comunidades autónomas más relevantes desde el punto de vista político e institucional (Andalucía y Cataluña). Precisamente aquéllas que aportan más efectivos a la mayoría de Zapatero en el Congreso de los Diputados.

En esta situación de andaluces "disponibles" para el Gobierno de España se encuentran la consejera para la Igualdad y Bienestar Social, Micaela Navarro; el consejero de Innovación, Ciencia y Empresa, Francisco Vallejo, y la propia María del Mar Moreno, ex presidenta del Parlamento autonómico, aunque esta última ha expresado con énfasis su voluntad de continuar vinculada a la política andaluza. Aparte, naturalmente, de la voluntad de Rodríguez Zapatero, que es lo fundamental, sus destinos se decidirán también en función de las ofertas que reciban. No colma lo mismo una ambición ni impulsa a una aventura incierta ser llamado a ocupar un Ministerio que una Secretaría de Estado o, no digamos, una Dirección General. (También anda bien colocada la ex consejera de Obras Públicas y Transportes, Concepción Gutiérrez, pero ésta ya había pactado con Chaves su marcha a Madrid y, por tanto, no cuenta a los efectos que comentamos).

Lo novedoso en esta ocasión es que Zapatero no da señales de despejar la incógnita sobre los andaluces "disponibles" en ningún sentido. Un intimísimo de Manuel Chaves me lo confesaba anteanoche con palabras irónicas: "parece que Zapatero ha aprendido de Chaves y no suelta prenda sobre sus intenciones". Conviene que no copie al pie de la letra algunas prácticas del pasado del Chaves más hermético, que avisó a uno de sus primeros consejeros con tan poca antelación que hubo que localizarlo en un camping y buscarle apresuradamente un traje para que se presentara en la capital andaluza. Y mañana, más.

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