La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

Hablemos de berberechos

¿Llevan razón los jueces de Granada o los de Sevilla con el estado de alarma? Ahora... a esperar al Supremo

Aparte de las recetas para preparar berberechos al vapor (sanos y fáciles), estos imprevisibles bivalvos del mar (¡qué fácil es que te arruinen un arroz!) se han convertido en la mejor metáfora de las contradicciones que estos días salpican el carrusel de noticias de Google con la versión tabernera de la resaca del 4-M. La vicepresidenta Carmen Calvo no lo ha podido decir ni más alto ni más claro ("para un socialista es difícil hablar de cañas, de ex y de berberechos"), aunque le ha faltado tiempo para rectificar: que quien habló de los "berberechos" fue Díaz Ayuso y ella se ha limitado a "reproducir" el copyright.

Se admite pulpo, pero con matices. Porque lo que ha hecho la presidenta de Madrid es explotar la cercanía y sensibilidad de su partido con las inquietudes del mundanal votante y lo que ha vuelto a poner de manifiesto la política cordobesa es su habilidad para meterse en charcos. Ayuso ha devorado los votos de Cs con el mismo ímpetu con que se ha acercado a Vox haciendo una campaña "muy muy de derechas", mientras que Calvo ha soliviantado (aún más) a los hosteleros con un Gobierno que los "demoniza", los "ningunea" y les "falta el respeto".

No solo Madrid ha sido la "ciudad del ocio" este fin de semana. Las imágenes de la Alameda de Sevilla, al grito antifascista de Bella Ciao, deberían preocuparnos tanto como las barahúndas que han tomado las zonas de playa. En Granada, y es solo un ejemplo, daban ganas de autoconfinarse y resulta difícil pensar que el desmadre se ha producido por una mala interpretación de la palabra "libertad".

Presupongamos cierta capacidad de abstracción e inferencia a nuestros gobernantes y hablemos de berberechos. Decía la número 2 del Gobierno que el resultado del 4-M es "inentendible". Tal vez sea eso lo que le esté ocurriendo al PSOE, que se ha despegado de la calle diseñando campañas que se olvidan de los taberneros y elige candidatos capaces de ir a la pescadería y pedir medio kilo de "cárdidos".

No sé si llevan razón los jueces de Granada o los de Sevilla cuando se pronuncian de forma diametralmente opuesta sobre las restricciones de los municipios tras el estado de alarma. Pero es evidente que ni el Gobierno se va a poner de acuerdo con la oposición ni habrá unidad de criterio entre las autonomías. Demasiados reproches mirando hacia atrás; demasiada falta de visión para entender que no podemos permitirnos esperar a los jueces...

Sí, mejor hablemos de berberechos; al menos sabremos de qué hablamos...

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