Habló Andalucía

Ni un voto socialista iba a ir a la derecha, decían. A lo mismo ni un voto solialista se merece al partido socialista actual

Nos quedaba una tarea pendiente y el pueblo andaluz la resolvió sin paliativos. Ese pueblo, no me cansaré de repetirlo, que no quiere ser más que nadie pero tampoco menos que ningún otro, en particular de aquellos que se beneficiaron de su sudor y ahora menoscaban hasta nuestro acento. Se resolvió la duda sin sombra alguna y antes de que nos llegue el mes del augusto emperador tendremos gobierno. En aquello de hacer pronósticos, lo quieren llamar encuestas, acertaron en que el centro naranja desapareció. He de reconocer que me impresionaron las palabras del vicepresidente, ya en funciones, Marín. Deja la política, recupera a sus hijos, se rompió su voz, y quedando fuera de toda opción afirma que el pueblo andaluz no se equivoca. Quizás esté pagando los errores de otros, en particular de un tal Rivera.

Nada que ver con la arrogancia de la izquierda o de las izquierdas, que ahora valen aquello que se dice, menos que un cero a la izquierda. Resulta que han perdido porque los suyos no salieron a votarles, porque no se movilizaron. ¿Y no se preguntan por qué? Ni un solo voto socialista iba ir a la derecha, decían. A lo mismo hay que pensar en que ni un voto socialista se merece al partido socialista actual. La culpa nunca es de ellos, la culpa parece ser que es del pueblo, o de los medios de comunicación, o a lo mismo de Putin.

En la izquierda extrema siguen con lo mismo, dividirse para vencerse a ellos mismos, para seguir en grupúsculos cada vez más ínfimos. Irrelevantes aunque ellos digan que son la voz del pueblo oprimido y salgan pidiendo que las bases americanas se vayan. ¿Se puede ser más anacrónico gritando OTAN NO, bases fuera? Claro, Putin nos va a solucionar todos los problemas.

Y en la derecha, aunque le guste llamarse centro derecha y hasta incluso solo el centro del centro; ya saben vamos a centrarnos en lo nuestro. Yo optaría por decir que en los moderados solo queda Juanma, el presidente. No hay más, y nada menos que cincuenta y ocho. Todo lo demás es irrelevante, el centro tomado, las izquierdas aisladas en sus reflexiones irreflexivas y aquello que llaman derecha extrema sin opción alguna de influir.

Julio se nos presenta como un mar sereno sin necesidad de pactos, ni concesiones vergonzosas, ni digo donde eran diego. Así lo hemos querido en esta tierra que, misterio andaluz, tornó del rojo al azul sin sobresaltos ni estridencias. Vale.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios