Héroes sin Gobierno

En Granada han tenido que ser los propios ciudadanos quienes elaboran el material sanitario

En Granada, como en infinitud de lugares de nuestro país, han tenido que ser los propios ciudadanos los que han asumido, desde el humilde anonimato y con un grado de responsabilidad tan asombrosa como encomiable, la elaboración de material para proteger a todos aquellos profesionales que han de estar en primera línea de esta agotadora guerra que venimos manteniendo, casi desde que al comenzar este fatídico año, comenzó a rodearnos el maldito coronavirus. En Granada, uno de estos movimientos es la Plataforma Mascarillas Solidarias, un grupo abierto de anónimas pero laboriosas y voluntariosas personas que se han decidido, armadas de sus domésticas máquinas de coser, a la fabricación artesanal de esos objetos de protección que distribuyen, también de manera gratuita, entre todos aquellos profesionales que así lo necesitan.

Estos gestos no se pueden pagar con nada material, sólo podemos dar las gracias de todo corazón, por tanta entrega y tanto amor puesto entre la tela y el hilo, al filo de la aguja milagrosa, que sólo trata de establecer barreras protectoras ante esa temible enfermedad pandémica que acorrala la salud y a veces -demasiadas veces- roba la misma vida.

Estas actitudes dejan al aire las vergüenzas de las máximas y torpes -dicho con benevolencia- autoridades gubernamentales del Estado, ese que se limita a ir a remolque de los terribles acontecimientos que, en buena parte, ellos mismos han exacerbado con su primera y tan temeraria actitud de irresponsable inacción.

Es muy triste ver cómo la ciudadanía, asume actitudes y acciones que debieran corresponder a un Gobierno verdaderamente eficiente y capaz, ocupado de establecer medidas para salvaguardar en algo o en mucho la atribulada salud del ciudadano.

Y lo más sangrante pudiera ser la ausencia o al menos raquítica dotación que el Gobierno hace de estos elementos de protección para los trabajadores de los hospitales, residencias de ancianos, farmacias y ambulancias, para los que integran las fuerzas y cuerpos de seguridad, para los transportistas, los distribuidores de alimentación, soldados, bomberos, en fin ya sabe bien, tristemente, el amable lector a quienes nos estamos refiriendo.

Mientras todo esto sucede a la vista y escándalo de todos, tenemos que padecer un Gobierno incapaz de estar a la altura de las circunstancias, paralizado por las luchas y disquisiciones políticas internas, que sólo es útil yendo a remolque de la realidad y así entra en el pozo del ridículo, ante esos edificantes ejemplos de generosidad y solidaridad, por parte de la ciudadanía, esa misma sociedad civil que luego, no se olvide, determinará quién debe o no gobernar esta nación de tantos héroes y heroínas ¿O no?

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios