Acta non verba

Curro Ledesma

rfledesma@economistas.org

¿Hobbes o Rosseau?

A nuestra conducta egoísta algunos ya la han denominado: la tercera guerra mundial, una guerra vírica no convencional

Cuando impartía clases de antropología económica en la Escuela Superior de Negocios de Andalucía siempre comenzaba el curso académico intentando explicarles a mis alumnos la diferente concepción de la naturaleza del ser humano. Hobbes entiende que el ser humano es egoísta por naturaleza y que si no fuera porque la sociedad intenta corregir tal comportamiento favoreciendo la convivencia a través de las libertades que nos concede el Estado, sería un campo de batalla de querer lo que los otros tienen, lo que viene a sintetizar la conocida expresión homo homini lupus (el hombre es un lobo para el hombre) erradamente atribuida al filósofo. En contrapunto, Rosseau postulaba que el hombre es esencialmente bondad, uniéndose a otros mediante la vida en sociedad para lograr mayores objetivos, pero también le permite algunos males como la corrupción o degeneración.

Los seres humanos no diferimos de otros seres vivos en cuanto a cómo nos comportamos, la razón responde a una estrategia de supervivencia producto del autoengaño en nuestro código genético. Un claro ejemplo de este comportamiento lo estamos viviendo con la actual pandemia de la Covid que pone de nuevo "en boga" el debate filosófico político del egoísmo o la cooperación. Absolutamente todos conocemos ejemplos propios o muy cercanos de nuestra conducta egoísta ante lo que algunos ya han denominado la tercera guerra mundial, una guerra vírica no convencional. Prueba de ello, el retroceso tan brutal en las cifras de contagiados y/o fallecimientos en todo el mundo por la actitud comodona de unos pocos.

Las redes sociales están llenas de imágenes de conductas egoístas. Grupos que salen a las calles para beber, fiestas descontroladas en pisos de estudiantes y no tan estudiantes, celebraciones de bodas y bautizos sin mascarillas ni distancia de seguridad o como el último incidente insensato en nuestra provincia. Una pedida de mano flamenca celebrada el pasado sábado en la localidad vecina de Santa Fe y donde se dieron cita decenas de personas cantando y bailando sin mascarillas. No es de extrañar que la provincia de Granada sea la capital del coronavirus en España, con la tasa de incidencia más alta del virus.

Cuando las UCI de Granada están al límite por culpa de esta minoría de ciudadanos que viven todavía en un mundo preCovid, miles de empresarios han sido condenados a cerrar sus negocios, no por dos semanas, muchos de ellos para siempre. Mientras, ayuntamientos como el de Güéjar Sierra, convocará ayudas para pagar la cuota de autónomos de este mes a los afectados. Hechos, no palabras.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios