Hora de apartarse

Saber qué necesita la ciudad y quién la habita es el primer paso para buscar las mejores soluciones

Ahora que empezamos a ver el final de la pesadilla sanitaria en la que nos sumergimos a principios de 2020 es cuando las consecuencias económicas de esa situación se colocan en el centro de todas las agendas.

Precisamente por eso, desde hace ya varios meses, diferentes instituciones (desde el Consejo de Europa a los ayuntamientos, pasando por el gobierno central y muchas autonomías) están enfrascadas en poner en marcha planes y actuaciones que consigan paliar, de algún modo, el duro batacazo. He dicho ayuntamientos y son muchos los que están en esa tarea. Pero no el de Granada. Dice un proverbio árabe que "quien quiere hacer algo encuentra un medio, quien no quiere hacer nada encuentra una excusa". Y más que un refrán, parece un diagnóstico ajustado a la realidad de la plaza del Carmen.

Ya antes de la aparición del Covid-19, el equipo de gobierno de nuestro ayuntamiento, recién ocupados sus sillones, renunció a una ayuda de nueve millones de euros que había gestionado el anterior consistorio (sí, el gobernado en minoría por el PSOE) y que, destinados a planes de empleo, tanto bien habrían hecho en la ciudad. No se verían capaces de gestionarlo y las necesidades de quienes viven aquí ni antes ni ahora son su prioridad. Desde entonces hasta hoy han pasado dos años, una crisis sanitaria de magnitud hasta ahora desconocida y una quiebra gravísima en la economía global, especialmente en los sectores dependientes de la movilidad y la presencialidad, como el turismo o el comercio.

Mientras, PP y Cs siguen echándose en cara quién dijo qué en su dichoso pacto. El alcalde, cada día más solo, se ocupa de propagar su relato y desautorizar el de su oponente, reunión va, reunión viene. Mientras, Granada se descompone, abandonada a su suerte. Y no es que no haya nada que hacer: el grupo municipal socialista, además de haber permitido, por responsabilidad institucional, que se aprobaran los presupuestos de 2020 (pactando condiciones que también fueron incumplidas) es el único que sigue tomándole el pulso a la ciudad: reuniones con los sindicatos, con el gremio de hostelería o de comercio, con los clubs de deporte base, con las AMPA… Saber qué necesita la ciudad y quién la habita es el primer paso para buscar las mejores soluciones.

Si quienes desgobiernan nuestra ciudad no son capaces de ver lo grave de su incapacidad es hora de que dejen ya sus sillones: que se aparten, ya que no aportan.

Hay un grupo municipal (al que avalan sus 36.000 votos) con un proyecto para esta ciudad, con un plan para esta crisis. Que les dejen trabajar ya.

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