Cogerá este periódico a la par que desayuna para leer eso que algunos consideran el primer borrador de una historia que se escribe día a día. Leerá las crónicas rápidas de las elecciones y vaticinios de lo que acontecerá en el futuro, las obras, los premios, los partidos que se jugarán. Si es de despertarse un poco más tarde, comerá con las noticias mientras los telediarios devoran los vencedores y perdedores de ayer. Pero no olvide que hoy ya es otro día y mañana será otro día diferente al de hoy, en el que habrá nuevas historias, otros ganadores y vencidos, nuevos frentes que abordar. Esto viene al pelo de la ola de crispación en la que, por qué no decirlo, los medios están en la punta del iceberg sin saber muy bien como parar esa bola y en ocasiones alentándola. Por ello, hay que recordar que con quien ayer se daba los buenos días hoy no ha cambiado y puede seguir inclinando la cabeza a su paso o aguantándole la puerta a ese vecino con el que piensa diferente. Además, por desgracia, seguirán los mismos problemas para muchos: zonas donde se va la luz cada noche, la preocupación por ganar el pan de cada día, la salud. Tómelo con calma y lea el periódico con el gusto de saber que hoy es otro día, mañana ya veremos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios