El humor es un arma potentísima para sobrellevar estas semanas duras. En España, país de cómicos y de amantes de los chistes, todavía más. No deja de ser una forma sana de abordar una crisis que cada día que pasa se agranda, la maldita corona suma espinas y con ello mina la moral de la ciudadanía y los que están en primera línea de curación y trabajo. Este país puede presumir de tener buenos contadores de chistes e, incluso, a nivel local la cuestión ha dado desde el principio para sacar algunas sonrisas con bromas muy granadinas. No obstante, en el fondo de algunas gracietas con apariencia de chistes subyace un humor sectario, con tintes políticos o ideológico que poco ayuda. Chistes en una y otra dirección, porque si algo ha puesto de manifiesto este virus, aparte del buen humor de muchas personas, es que a muchos otros españoles le sigue gustando la división en dos y quedarse en una trinchera desde la que poco aportan. Menos mal que nos queda el humor de un grande como Gila para sobrellevar este doble tedio: "¿Está el coronavirus? Que se ponga...".

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