LAS estrecheces económicas que padecen todas las administraciones y, en concreto, el Ayuntamiento de Granada, pueden valer como argumento para disminuir un aparato burocrático excesivo. La desaparición del Instituto Municipal de Formación y Empleo (IMFE) resulta mucho más difícil de aceptar. Si hay una oficina realmente necesaria en una provincia con más del 30% de desempleados es aquella cuya misión consiste en explotar los silos de empleo y poner en contacto a empresarios y trabajadores. El viernes el Ayuntamiento cerró la Agencia Granadina de Colocación donde hay 8.000 demandantes inscritos. Los ayuntamientos no puede derivar todas sus funciones al sector privado. Hay misiones que corresponden al público.

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