NO siempre buscar un libro es tarea fácil. En ocasiones el cliente tiene algún dato con el que poder tirar del hilo hasta dar con el libro, se acuerda del autor pero no del libro que busca o bien esta seguro de alguna palabra del titulo pero desconoce el nombre del autor. Con un poco de paciencia por parte del librero la búsqueda generalmente tiene éxito. Más difícil nos lo ponen cuando pretenden que le consigamos el libro deseado del que sólo recuerdan vagas características físicas como el tamaño o el grosor. Hay quien te mira con cierta desconfianza cuando no has sido capaz de proporcionarle lo que busca cuando esta claro que es de color amarillo. La mejor manera de identificar un libro es recurrir a su carné de identidad. Desde el año 1972 en el que se implantó, el ISBN es la referencia bibliográfica obligatoria de todos los libros editados en España y ya supera los 900 mil registros incluyendo a todos los disponibles y agotados.

El aumento incesante del número de publicaciones a escala mundial indujo a la creación de un sistema que dotaba a cada libro de un código numérico que lo identificara. El anterior ISBN contaba de diez números agrupados en cuatro grupos. El primero indica el país (a España se le asignó en este campo el 84) el segundo define al editor, el tercero indica el título específico dentro del catálogo del editor y el cuarto es un número de seguridad. Desde el año pasado el formato ha cambiado a trece dígitos para aumentar su capacidad y hacerlo compatible con el código usado para otros productos. La agencia española depende del Ministerio de Cultura y se accede por su página en internet. Las búsquedas se pueden hacer por autor, título, materia, editorial o por el año de publicación. Hasta no hace muchos años la utilización de este código era mínimo incluso por parte de los profesionales, las obras se solicitaban y se reponían por el nombre se su autor y por el título al editor o distribuidor correspondiente. Hoy se hace imprescindible para la gestión de la librería y facilita todas las tareas menos agradecidas del negocio. En la contraportada aparece ese rectángulo blanco con una serie de números junto al código de barras del que todavía se quejan los clientes más finos por lo mucho que afea y vulgariza su presencia en el libro cuando muchos de ellos han sido diseñados y producidos con tanto cuidado.

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