EL Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) subió ayer del 16% al 18% en el tipo general y del 7% al 8%, permaneciendo inalterable el superreducido (4%) que grava los alimentos de primera necesidad, como el pan, la leche y los huevos. El incremento fue anunciado en septiembre del año pasado como el primer mecanismo arbitrado por el Gobierno para disminuir el déficit público mediante el aumento de la recaudación, aunque entonces aún no se sabía que el déficit iba a obligar a un programa de ajuste duro que afecta a millones de españoles en su condición de funcionarios, pensionistas y personas en situación de dependencia. La entrada en vigor del nuevo IVA coincide con el inicio de la temporada de rebajas de verano, lo que seguramente hará que sus consecuencias directas se perciban menos por parte de los compradores, que también van a verse beneficiados por la decisión de algunas grandes cadenas de distribución de alimentos y productos textiles de no repercutir la subida del IVA a sus clientes, sino reducir sus márgenes de beneficio en cada operación. Por el contrario, las organizaciones de consumidores temen que vuelva a practicarse la picaresca del redondeo de precios que se extendió por toda España con ocasión de la entrada en el euro. Con todo, el efecto más relevante de la subida del IVA puede venir de su influencia en la actividad económica. Un impuesto que grava el consumo, además de ser socialmente regresivo por perjudicar más, relativamente, a las rentas más bajas, es evidente que aliviará la situación de grave déficit del Estado, pero a un precio ciertamente elevado: el incremento del gasto de las familias, que permitió en el primer trimestre que la economía española escapase de un largo periodo de recesión, se verá frenado por un IVA más caro, especialmente después de que la capacidad de consumo de muchos ciudadanos se haya visto perjudicada por el decretazo de mayo. Se calcula que cada familia tendrá que gastar 30 euros más al mes para llenar el carrito de la compra al nivel anterior. Que las compras se reduzcan o los compradores se retraigan frenará la tan ansiada recuperación económica que debe crear empleo.