Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Ideologías de Thermomix

El neoliberalismo, a modo de Thermomix, ha triturado las viejas y sustanciosas ideologías, convirtiéndolas en pachurreta

Hoy en día todo está desubicado. ¿Dónde coño podemos encontrar la sede del neoliberalismo? ¿Cómo asaltar sus palacios de invierno? No hay un autor intelectual que lo dirija todo desde la cámara blindada de un banco o de un fortín. De haberlo, con arrastrarlo hasta la guillotina, habríamos acabado con el mal omnipotente. Pero de lo que no podemos dudar es de su eficacia. Ha conseguido reducir a papilla las rocosas ideologías que se enfrentaron en el siglo XX, o a cremas, muy homogeneizadas, de sabores muy parecidos. El neoliberalismo ha triturado, con la eficacia de una Thermomix, las viejas y robustas ideologías. El mismo robot de cocina alemán que también ha contribuido al empoderamiento de los machos de la especie. Hay mucho soltero, separado y viudo que gracias a esta máquina, consigue unas lentejas de gran calidad, partiendo de la nada, sin haber frito nunca un huevo. Simplemente, siguiendo las instrucciones del recetario. Un adminículo micromachista, eso es la Thermomix. Es más, estos varones singles dan el pego con salmorejos, mazamorras, ajo blancos, cremas de calabaza, de calabacín y, hasta de zanahoria, cocinados por su Thermomix. Echo de menos el espesor, como de olla podrida o de revienta burras, de los añejos guisos ideológicos. En un diccionario filosófico soviético leo que hay ideologías buena y malas. Falsas y verdaderas: "los intereses de la clases reaccionarias dan origen a una ideología falsa; los intereses de las clases revolucionarias contribuyen a la formación de una ideología verdadera, científica, la marxista". Y enfrente, la Falange proclama en el punto X de su ideario (1940): "Nuestro sentido espiritual repudia al marxismo". Todavía no había pulverizado la Thermomix del neoliberalismo ideologías tan distintas. Pero hoy el bien supremo no es la revolución, o la contrarrevolución, sino conseguir como sea un puesto de trabajo. La idea-fuerza del neoliberalismo es que hay que malvivir de trabajos basura gran parte de la vida para obtener un trabajo mejor. Y los partidos, desde Podemos a Vox (de forma más o menos encubierta), comulgan con esta ideología. El bien supremo es el empleo. Venga del turismo religioso o de la construcción de fragatas. Y tanto el PP como Podemos ofrecen a los trabajadores la misma pachurreta. La misma sopa boba.

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