Crónica levantisca

Juan Manuel Marqués Perales

Iglesias

PABLO Iglesias, el muerto, fundó el PSOE con unos cuantos compañeros tipógrafos. Pablo Iglesias, el vivo, se ganó cinco eurodiputados en sus primeras elecciones gracias a la televisión y a las redes sociales. El primero editaba pasquines; el segundo, vídeos que cuelga en Youtube. Se ha ahorrado millones de euros, que no tenía, en lanzar una marca y un líder. Parte de la desafección política buscaba, paradójicamente, un vehículo para participar en los partidos, y lo ha encontrado en este Podemos con coleta, que ha adelantado a IU en muchas ciudades, entre ellas Sevilla. En algunos colegios electorales de Cádiz, su sorpasso ha sido doble, al adelantar a IU y al PSOE. Más que de extrema izquierda o bolivariano, su programa es alternativo, algunas propuestas suenan bien, otras son irrealizables y otras nos llevarían a un gasto público insoportable. Si hay algo preocupante es la concepción personalista de la formación, un liderazgo sostenido alrededor de un tertuliano que ha sido capaz de sacar de la abstención a miles de jóvenes que no votaban al PSOE o a los que IU les parecía un partido aún más viejo que el socialista. IU deberá presentar a Alberto Garzón, el PSOE buscará también a alguien joven. Rajoy parecerá el abuelo de todos ellos, pero -no lo olviden- la mayoría española es así, tranquila, un tanto miedosa, le gustaba Suárez.

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