Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Ilusionante

Cuando los sedicentes partidos de izquierdas usan la palabra 'ilusionante', dan ganas de volver a extinguir a los dinosaurios

Entre 2001 y 2015, Enclave, la plataforma donde la Real Academia Española reúne todos sus recursos en línea, ha registrado 78 usos en diversos medios escritos de la palabra "ilusionante". Casi todos ellos en España. En la zona de las Antillas (0), en el Caribe continental (0), en la zona chilena (0), en España (71), en Estados Unidos (0),en Filipinas (0), en Guinea Ecuatorial (2), en México y Centroamérica (3) y en Río de la Plata (2). Aquí, esta palabra aparece y desparece como dicen que lo hacen las aguas del río Guadiana. Últimamente, tras el acuerdo entre PSOE y Podemos para la hipotética formación de un Gobierno "progresista", ha vuelto a aflorar la palabra ilusionante. El día del acuerdo se escuchó hasta en cuatro ocasiones. Se trata de un participio activo, y, por tanto, significa que la propuesta que se hacía a la sociedad, era capaz de generar ilusión. A algunos, cuando oyen la palabra "ilusionante", le entran ganas de provocar una nueva extinción de los dinosaurios. Porque muchos de los proyectos ilusionantes que nos han sido propuestos, sobre todo, si se dicen de izquierdas, saben a nada caramelizada. Ilusiones que pretenden curar un cuerpo social muy llagado con un ilusorio e inocuo bálsamo bebé. Es natural que a los que quieren untárnoslo, los que proclaman que se trata de una nueva pócima que todo lo cura, les resulte verdaderamente provechoso e ilusionante. Porque si nos dejamos, y terminan embadurnándonos con él, ellos, obtendrán poder y fortuna cuatro años más. Ilusionante para ellos, desilusionante para muchos. Habrá gente a la que ilusione el pacto de Podemos y PSOE, y que han vivido unos días de euforia, tras su anuncio, hasta que los ha golpeado la ilusionante sentencia de los ERE. Entonces se han dedicado a encontrar diferencias entre las gürteladas y la caridad mal entendida de los ERE andaluces. ¡Vale! No es lo mismo: miembros del PP robaban a los pobres para hacerse ricos y enriquecer, aun más, a sus amigos ricos, mientras que miembros del PSOE robaban a los pobres para devolverles parte de lo robado, a cambio de votos, poder, gambas y opiáceos. Pero, ni unos ni otros, admitirán que algo de responsabilidad han tenido en el rebrote de una idea patrimonialista, excluyente y caciquil del Estado que ha logrado ilusionar a millones de votantes.

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