Importan las políticas

Me apunto a reivindicar políticas de estado en esta investidura, así como en la no deseable repetición electoral

La semana próxima se celebra la sesión de investidura a la presidencia del Gobierno y nadie puede asegurar si de ahí saldrá o no nuevo presidente. Toda España observa atenta el proceso de negociación entre Podemos y PSOE del cual se pueden extraer muchas certezas y algunas dudas. También, se observa al resto de partidos. ¿Quién arrima el hombro?

Entre las certezas se puede señalar que no prevalece el interés por lo que es esencial; debería importar la articulación de políticas con un enfoque coherente con el resultado de las urnas y no los puestos a ocupar en el Consejo de Ministros.

Esa es la prioridad: deberían importar las políticas a desarrollar para afrontar los desafíos y los problemas reales de nuestra sociedad. Por ejemplo, cuáles son las respuestas al desafío de la sostenibilidad del sistema público de pensiones que está en entredicho si no se adoptan medidas y reformas que deben formar parte de un gran pacto entre grupos parlamentarios, empresarios y sindicatos.

Otra de las políticas que importan es la necesaria reforma del sistema educativo para reforzarlo y orientarlo en términos de excelencia hacia los requerimientos del mercado de trabajo y las nuevas profesiones que surgirán por las nuevas tecnologías y por el desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica.

Qué decir del desafío del cambio climático y la articulación de políticas de transición ecológica o las reformas necesarias en el terreno de las relaciones laborales para acabar con la precariedad o las reformas en la política fiscal. En todos estos ámbitos se necesitan reformas que debieran basarse en grandes acuerdos de Estado que garanticen estabilidad para inversores, empresas y trabajadores evitando grandes bandazos en función de eventuales cambios de Gobierno.

Finalmente, el desafío territorial con el que el independentismo catalán interpela al conjunto del Estado y a más de la mitad de la sociedad catalana, requiere una respuesta política capaz de seducir a Cataluña y aportar soluciones de acuerdo y convivencia.

Pero, aunque lo que a la sociedad importa son las políticas, en el proceso previo a la investidura queda claro que esto no es así ni para quienes buscan entrar en el Gobierno de Sánchez, ni para quienes aspiran a ser oposición desde la derecha.

Me apunto a reivindicar políticas de Estado para esos desafíos. Las reivindico en esta investidura y lo haré en una hipotética (y no deseable) repetición electoral.

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