Inestabilidad inoportuna

Tanto nubarrón limita las capacidades para trabajar y avanzar en otros asuntos estratégicos de la economía

No recuerdo tiempos tan complejos en la vida social y política como los actuales, aún cuando hemos vivido situaciones muy difíciles que no quiero minusvalorar.

Estos últimos años, por la aparición de una pandemia que nos ha golpeado de manera muy dura con impacto también en la economía, por la invasión de Putin a Ucrania con el desarrollo de una guerra cuyas consecuencias aún no podemos calibrar con precisión y, ahora, por la amenaza a la estabilidad de la presente legislatura si nos atenemos a las posiciones de ERC y otros grupos, asistimos a sucesivos terremotos políticos y mediáticos.

La inestabilidad en el ámbito internacional y en el ámbito nacional, constituye el peor escenario para afrontar con solvencia los importantes desafíos que tenemos que resolver y de cuyas respuestas estoy convencido que van a depender las bases del bienestar y la cohesión social de nuestro país en los próximos 20 años.

La polémica actual por el espionaje a diversas personas vinculadas al independentismo corre el riesgo de convertirse en una causa que termine acortando la legislatura pero, al menos, que condicione la efectividad de la misma en lo que se refiere al desarrollo del plan normativo y de reformas previsto para salir de la crisis y transformar nuestro modelo productivo usando para ello los fondos Next Generation.

Por supuesto, este caso puede derivar en un debilitamiento del CNI aunque cabría aprovechar para mejorar, actualizar y modernizar los procedimientos y los controles que la labor de inteligencia debe tener en una sociedad que quiera disponer de una democracia avanzada.

Pero es que tanto nubarrón en el horizonte y tanto tiempo como hay que dedicar a este tipo de asuntos en un contexto de crispación, limita nuestras capacidades para trabajar y avanzar en los otros asuntos estratégicos de nuestra economía en los que nos jugamos nuestro bienestar futuro.

Tocaría ahora no contribuir a la inestabilidad y evitar las llamadas a la finalización de la legislatura porque con ello se contribuye a un clima desfavorable para los intereses generales.

Es por eso que considero que la inestabilidad actual resulta especialmente inoportuna porque rompe o dificulta la tarea central a la que deberíamos estar dedicando casi todos nuestros esfuerzos como país: generar las necesarias reformas estructurales y hacerlo con consenso.

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