En tránsito

eduardo / jordá

Iniciativas paritarias

ENTRE las iniciativas de la lucha a favor de la igualdad entre mujeres y hombres, veo que el Ayuntamiento de Valencia ha instalado unos nuevos semáforos paritarios en los que aparecen un hombre -con pantalones- y una mujer -con falda-. También se ha solicitado que el Congreso de los Diputados deje de serlo (de los Diputados), y pase a ser de los Diputados y las Diputadas. Y en Barcelona, el Ayuntamiento ha cambiado un homenaje a las mujeres maltratadas por un "hembranaje", para no humillarlas más por el uso de un sustantivo -"homenaje"- que contiene la raíz léxica de "hombre". Y por último, varios grupos políticos han pedido normalizar el lenguaje usado en el Congreso, para que todas las intervenciones de los diputados incluyan el desdoblamiento léxico por género gramatical: ya saben, esa extenuante repetición de "ciudadanos y ciudadanas" que destruye la belleza del lenguaje -ya muy maltratado por sus señorías-, y que además atenta contra la ley de la economía lingüística que nos aconseja economizar vocablos en vez de duplicarlos.

Contra lo que pueda parecer, estas iniciativas tienen muchos seguidores, que las ven como proyectos imprescindibles para no discriminar a las mujeres y para conseguir que ocupen el papel que todavía se les niega. Pero estas iniciativas son más bien una bienintencionada tomadura de pelo. Nada vamos a cambiar con los semáforos paritarios, ni con los "hembranajes" en vez de los homenajes, ni tampoco cambiando el Congreso de los Diputados por el Congreso de los Diputados y las Diputadas. Todo eso es mera cosmética y mera palabrería, una afición muy arraigada entre nosotros porque es barata y simplona y nos hace creer que con un simple cambio superficial ya está todo hecho.

No, la verdadera igualdad no tiene nada que ver con eso. Tiene que ver con los horarios laborales y con los horarios de las guarderías (y mucho más aún con su gratuidad). Tiene que ver con los salarios reales que se pagan a las mujeres, mucho más bajos que los que se pagan a los hombres (que ya de por sí son vergonzosamente bajos). Y tiene que ver con todas las causas reales que hacen que las vidas de las mujeres sean mucho más difíciles que las de nosotros los hombres. Es así de simple. Y de nada sirve, si no se cambian estas cosas, que pongan semáforos paritarios. Por favor, un poquito de seriedad.

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