Inteligencia artificial y futuro

Si estamos en una sociedad en la que se considera que el trabajo es un derecho, habrá reparto de empleo

Llevamos ya un tiempo en el que en las noticias generales de medios de comunicación aparecen informaciones sobre los avances actuales y futuros en el ámbito de la inteligencia artificial. Simplificando mucho, se trata de máquinas que piensan y actúan de manera autónoma en base a la utilización y análisis de información con procedimientos denominados "algoritmos".

En todos los ámbitos de la vida cotidiana la inteligencia artificial va ganando espacio. Más ampliamente en unos espacios que en otros pero todos los expertos auguran que en pocas décadas, la inteligencia artificial cambiará radicalmente la vida cotidiana de nuestra sociedad. Uno de los impactos más relevantes se verá en el ámbito del trabajo.

Los avances ligados a la utilización de la inteligencia artificial condicionan cuantitativa y cualitativamente las capacidades de producir bienes y servicios por parte del ser humano en las organizaciones en las que trabajamos. Por lo tanto, es previsible que se produzcan cada vez con mayor intensidad modificaciones en los perfiles laborales y profesionales. Pueden desaparecer determinadas profesiones y pueden aparecer nuevas profesiones. Y, fruto de las nuevas capacidades tecnológicas, teóricamente será necesaria menos mano de obra que dependiendo de cómo se gestione este asunto, conllevará potencialmente posibilidades de reparto del empleo y disminución del horario laboral.

En este contexto, las ideologías son básicas si juegan un papel determinante: si estamos en una sociedad en la que se considera que el trabajo es un derecho, habrá reparto de empleo. Si no es esa la sociedad del futuro, habrá quien trabaje y quien no tenga posibilidades de trabajar. Las consecuencias en una u otra opción son diferentes.

Y en el campo de la salud, que mediante inteligencia artificial se pueda predecir mejor por los médicos qué pacientes saldrán del coma y cuáles no -como hemos visto en noticias de esta semana-, abre opciones a cambios y potenciales mejoras en la atención sanitaria con menor intervención humana. Con todas las cautelas, porque no sabemos cuánto dará de sí la inteligencia artificial, es previsible un gran cambio al que deberíamos prestar atención y esfuerzos colectivos para obtener sólo cosas positivas minimizando los previsibles riesgos. Un asunto este que merece nuestra atención.

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