Inteligencia colectiva

De estar en la cola en casi todos los indicadores, hemos sido capaces de situarnos en los primeros puestos

España tiene miles de empresas y millones de ciudadanos con experiencia y cualificación para afrontar los desafíos que nos ofrece la sociedad moderna. También, somos un país con instituciones públicas y servicios públicos de buen nivel de calidad y larga trayectoria de actuación. Si analizamos la evolución de la sociedad española en los últimos 40 años, se puede comprobar el enorme salto en la modernización de nuestras infraestructuras y la gran calidad de muchas de las empresas privadas y de nuestros servicios públicos.

De estar en la cola en casi todos los indicadores de carácter internacional, hemos sido capaces de situarnos en los primeros puestos en muchas de las estadísticas. Esto no debe obviar que hay problemas, desequilibrios e insuficiencias que impiden en muchos casos alcanzar niveles de excelencia que nos harían ser una sociedad más y mejor preparada y más próspera.

Pero también es verdad, y estoy convencido de ello, que en la actualidad nuestro tejido empresarial y sindical, nuestra universidad, nuestros servicios públicos de bienestar y otros ámbitos de la vida pública y privada, albergan una enorme calidad de análisis y de conocimiento, así como un gran caudal de experiencia y de conexión con la realidad nacional e internacional, cada uno en su sector de actividad.

Es a esto a lo que yo llamo inteligencia colectiva. Un patrimonio social de enorme valor y potencial que, para ser aprovechado en beneficio de poder superar con éxito los desafíos de nuestro tiempo, requiere ser canalizado y potenciado. Y esta potenciación es una responsabilidad de todos. Mediante la concertación. Es responsabilidad de los gobernantes y de las organizaciones sociales. También de cada persona en la medida de sus posibilidades. Ahora que por la Covid-19 parece que estamos obligados a asegurar una reconstrucción nacional en muchos ámbitos, tenemos la oportunidad de aprovechar esta inteligencia colectiva haciendo cada uno su papel. La mejor forma de hacerlo es procurar actuar con un enfoque de concertación en base a evidencias. Donde no las haya, actuar en base a buenas prácticas. Y cuando no acertemos, aprendiendo donde han estado los errores en lugar de tirarnos a la cabeza dichos errores. La inteligencia colectiva es un recurso básico y el mejor combustible para hacer que España funcione y supere todos los desafíos. Tengamos confianza en nosotros mismos pero pongámonos manos a la obra con luces largas.

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