Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

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Irene Montero, Superstar

Irene Montero fue la mejor oradora. Su discurso, apasionado y poderoso, fue más convincente que los de Rajoy e Iglesias

La moción de censura ha tenido momentos de mucho interés. Irene Montero me sorprendió con un brillantísimo discurso, como portavoz de Podemos, minusvalorado por los medios y por sus compañeros de profesión. Les torció el brazo a todos. ¡Una mujer! Y les ha resultado difícil de asimilar, no sólo a los hombres, también a muchas mujeres. Emocionado, escribí sobre la marcha en mi blog: "Hoy, Irene Montero ha hecho más por la igualdad de las mujeres con su intervención, muy superior a la de Rajoy e Iglesias, que todas las lloronas, aprovechadas y subvencionadas de observatorios e institutos de la mujer juntas. Me ha recordado a la Dolores Ibárruri de las Cortes republicanas". Di así rienda suelta a la sorpresa y al entusiasmo, tras comprobar que aún queda empuje y lucidez y ganas y modos y actitudes más allá de la ciénaga. En Radio España Independiente, una emisora que se oía mucho durante la dictadura, y que nunca supimos muy bien desde dónde emitía, tuve ocasión de escuchar a la Pasionaria. También pude verla en algún noticiario de la época de la República, hablándole a las masas. Era otro estilo, más teatral, solemne, como de predicador. Me refería a la fuerza y la pasión que Montero le puso a su intervención. En eso se parece a Dolores. La diputada fue demoledora con la enumeración exhaustiva que hizo de los casos de corrupción en los que está implicado el PP, de lleno, o a título lucrativo. Allí, sentados, tuvo a los diputados del Partido Popular, que tuvieron que oírla, muy a su pesar. Alguno con el rictus contraído, o embutido en una sonrisa de desprecio, que poco a poco se iba helando en su cara hasta convertirse en la mueca ridícula de un actor mediocre. Pero no fue eso lo único que me interesó, también hubo abundantes citas de escritores célebres. Sobre todo de Quevedo. Las disfruté enormemente. Pronto nadie habrá leído ni a Quevedo ni a Góngora ni siquiera La Venganza de don Mendo. Parece que las sucesivas leyes de Educación han desterrado, casi por completo, la literatura de las aulas, en beneficio de las clases de lengua. En futuros parlamentos, los referentes literarios serán los guiones de series televisivas de éxito, como Twin Peaks o canciones de moda, como Happy, de Pharrell Williams. En lo que a mí concierne, estoy dispuesto a disfrutar de otra moción de censura más, siempre que sirva para sacar a Rajoy de la Moncloa y para oír a Irene Montero recitar a Rosalía de Castro. En ella, si se ponen de acuerdo PSOE y Podemos, ya no se hablará de Venezuela. Les aviso, prepárense para tener Frente Popular hasta en la sopa.

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