La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Irresponsable política de vacunas

Los gobiernos parecen empeñados en dar la razón a los antivacunas y alimentar los temores de la población

Las incertidumbres, reticencias y miedos ante las vacunas las están sembrando los gobiernos, no los científicos ni los medios de comunicación. Los especialistas y las agencias internacionales afirman una y otra vez que los riesgos son mínimos -en el más minúsculo sentido de la palabra- y los beneficios máximos (como se ha demostrado en Gibraltar, Chile, el Reino Unido o en las residencias españolas de la tercera edad). Los medios no dejan de invitar a vacunarse y ofrecer testimonios de famosos que se vacunan y animan a hacerlo. Son los políticos quienes (pensemos bien) por una exagerada prudencia que contradice lo que afirman los expertos o (pensemos mal) temiendo indemnizaciones o pérdida de votos siembran la desconfianza. No es serio ni responsable este ahora autorizo, ahora prohíbo, ahora vuelvo a autorizar, ahora vuelvo a prohibir… Se ha llegado al extremo de irrumpir en un centro de vacunaciones diciendo -mientras los ciudadanos eran inyectados- que se interrumpiera inmediatamente la administración de Astrazeneca. Lo que supongo no dejaría muy tranquilos a quienes se la acababan de poner.

Primero fue la Astrazeneca, ahora la Janssen. Primero las dos dosis de Astrazeneca, después solo una, tras ello una de Astrazeneca y la segunda de otra marca. Los menores de 60 años que se pusieron la primera dosis de Astrazeneca no saben si les pondrán la segunda. Y esto no es responsabilidad de los especialistas sanitarios ni de los medios, sino de la errática política de las autoridades políticas españolas y europeas. Supongo que no asesoradas por especialistas, dado que estos -con la OMS y la Agencia Europea del Medicamento al frente- insisten una y otra vez en ese mínimo de riesgos y ese máximo de beneficios que hace, más que recomendable, necesaria la vacunación con una u otra vacuna.

Camino en España de superar los 110.000 muertos y Europa superando el millón de fallecimientos es necesario exigir con la mayor contundencia que los gobiernos actúen con más responsabilidad, con menos dudas -siempre que cuenten, como es el caso, con avales científicos- y sin sembrar incertidumbre sobre la seguridad y eficacia de las vacunas. Parecen empeñados en dar la razón a los negacionistas antivacunas y alimentar los temores de la población. Y la única salida de esta pesadilla que tantas vidas ha costado y está costando es la vacuna.

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