La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Juanma deshoja la margarita

El presidente sabe lo rentable que fue para Chaves la pinza PP-IU en 1996 y airea una pinza Vox-PSOE que no existe

Para descafeinar la verdad objetiva de que convocará las elecciones andaluzas cuando más le convengan a él y a su partido -dentro del margen legal, claro está-, Juanma Moreno ha construido un relato a su medida: le gustaría agotar la legislatura, pero se verá obligado a adelantar los comicios si continúa el bloqueo sistemático a su Gobierno por parte de la pinza PSOE-Vox.

Pregunto: ¿qué pinza? No hay nada de eso en la política andaluza. El origen inmediato de esta teoría-mantra de la pinza radica en el rechazo a los Presupuestos de 2022 por los votos unidos de la ultraderecha, el PSOE y Unidas Podemos. Esta coincidencia, sin embargo, no se ha repetido en ningún asunto importante. El Gobierno PP-Cs no ha vuelto a ser derrotado en el Parlamento andaluz. Esta misma semana Vox ha impedido el pleno extraordinario de la Cámara exigido por los socialistas sobre la única cuestión que puede poner en dificultades al Ejecutivo autonómico (los problemas de la sanidad), así como las comparecencias de los consejeros de Hacienda y Educación. La mayoría de la investidura (PP, Cs y Vox) convalidó también sendos decretos educativo y sanitario.

De bloqueo sistemático, nada. El Gobierno de coalición de la Junta puede seguir gobernando y tampoco es particularmente dramático prorrogar el Presupuesto el último año de mandato. En Vox no existe ninguna propensión a aliarse con la izquierda, ni socialista ni radical, para derribar o paralizar a Juanma Moreno. Lo que sí existe es una desorientación supina sobre la política andaluza por una combinación inflamable de falta de autonomía con respecto a la dirección nacional, bisoñez (ni se dieron cuenta de que no podrían intervenir en el pleno sobre salud que iban a propiciar antes de recular a última hora) y falta de solidez estratégica.

Juanma conoce lo rentable que fue para Manuel Chaves presentarse como víctima de la pinza PP-Izquierda Unida entre 1994 y 1996: adelantó las elecciones alegando que no lo dejaban gobernar y los andaluces reforzaron su poder doce años más. Pero es que aquella pinza fue real (alguien tendrá todavía en su poder los papeles firmados en Sevilla en los que Javier Arenas y Luis Carlos Rejón acordaron su plan de acción en aquella legislatura). La pinza de ahora se la ha inventado el presidente de la Junta.

Para justificar lo que no necesita justificar: que será él quien decida cuándo se vota otra vez en Andalucía. Según su interés.

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