Juanma, tú lo has querido

Para Moreno Bonilla, de noviembre del 18 hasta ahora hay un antes vacío y un después colapsado en redes sociales

Como Brad Pitt en la piel de Benjamin Button, un hombre que recorre el camino de la vida al revés. Nace con ochenta años y va rejuveneciendo con el tiempo. La historia de un hombre no tan ordinario y la gente que va conociendo por el camino, los amores que encuentra, que pierde, las alegrías de la vida, la tristeza de la muerte, las que perduran más allá del tiempo.

Moreno Bonilla. Se lo dijo Mariano en 2014. "Juanma, tú lo has querido". Aquello sólo fue abrir la brecha hasta llegar a hoy. Arriesgar. Sufrir. Hoy triunfar. En la travesía de cinco años, fotos de Facebook aparte, nadie. Nadie. Ni un duro por él. Aún más: de noviembre del 18 hasta ahora hay un antes vacío y un después colapsado en redes sociales. Imposible buscar algo divertido o interesante. Solo fotos de Juanma: Juanma con fulanito, Juanma con menganito... La foto, como el rayo. Que no cesa. Todos amigos. De la vida. De siempre. Colaboradores a su servicio. Cientos. Miles.

Están todos. Incluidos quienes la jugada les ha marchitado sus planes de futuro. Quienes su rédito político lo destrozó en mil pedazos un resultado electoral. Quienes a los pies de la Cruz esperaban la caída del Nazareno, y el Nazareno resulta que resucitó sin pasar por la Cruz. Ahora no hay vuelta atrás y sí en cambio rebuscar aquella foto del mitin que algunos habían escondido. Hoy Juanma es un barón. Apostaron mal, qué se le va a hacer. Hace poco escribía de una Andalucía de claroscuros, de borrones de tiza, de suertes diversas. Se me olvidó referir la de los seguidores de Juanma.

La suerte le sonrió. A él y a un pequeño grupo arrinconado y con las maletas casi hechas. Nunca sabremos si definitivamente. Con la de Huelva, Loles, sonrisa en mano. Y la rubia de Cádiz. Y Marifrán de Granada. Y Pamela. Y Jota. A ellos los conocí y puedo dar fe, pero habrá más. Seguro. Pocos. Pero fieles. Muy fieles. Fieles a un discurso que hablaba y sigue hablando de cambios profundos. Apostaron fuerte. Resulta que vencieron.

Decía Jorge Bergoglio que "cuando recibo a los políticos, algunos vienen bien, con buena intención. Pero otros llegan solo para buscar lazos políticos. Mi respuesta siempre es la misma: la segunda obligación que tienen es dialogar entre ellos. La primera es el custodio de la soberanía de la Nación, de la Patria". Buena tesis para Andalucía y, con sinceridad, para quien piense que la conquista no tuvo su punto de carambola. Les tocará remar cuando las olas golpeen por ambos lados. Y hacer caso al Papa que, argentino, demanda primero demostrar arte en el campo de juego. Perder poco tiempo en mirar atrás. Golpear fuerte, poniendo a los mejores, sin importar si son del Madrid o del Barcelona, del Sevilla o del Betis, del Málaga o del Granada. Importa el proyecto, crecer como autonomía. Prosperidad. Si gobiernan como Dios manda, es probable que destierren la carambola y en el futuro concurran a un concurso de méritos. Lo demás, para quienes jueguen sólo a perpetuarse.

Ya dijeron, y resulta que hoy, sigue siendo verdad: Tú lo has querido, Juanma. Tú lo has querido.

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