Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Juguetes y demonios

Ridículos políticos ociosos tratan del sexismo juguetero y de iluminaciones satánicas

Las ridículas ocurrencias de los políticos se suceden con la misma proliferación de sus embustes y desinterés por los problemas reales de los ciudadanos, con la única meta de mantenerse en el poder, al precio que sea, o llegar a algunas cotas del mismo. Hay niveles: desde los que están en candelero, ocupando puestos de responsabilidad o siendo simples concejales de ciudades o pueblecitos de nuestra geografía. A esa inmensa lista de estupideces se ha unido el ministro de Consumo, Alberto Garzón, con su campaña navideña pidiendo, con costoso audiovisual incluido, una huelga de juguetes para luchar contra el supuesto sexismo de los mismos. Que un ministro, para justificar su cargo y sueldo, se dedique a estas misiones, cuando tantos problemas hay en el país, incluso en las competencias de su ministerio, resulta patético entretenerse en bagatelas propias del pasado, aunque admitamos en estas fechas navideñas las bromas. Porque a estas alturas los mayores aceptamos ser tomados por tontos por el Gobierno, pero eso no lo admiten los niños que saben muy bien lo que quieren -en tiempos de la electrónica-, como así lo expresan en sus cartas a los Reyes Magos, Papá Noel o quienes quieran. Se lo regalarán o no, según las posibilidades -ahí sí debería ahondar un ministerio de Consumo-, pero ninguno o ninguna seguirá las apolilladas consignas del ilustre mandatario, el que alguna vez nos recomendó no comer carne porque los pedos de las vacas deterioraban el medio ambiente.

No le servirá de nada, pero quién esto escribe, siendo muy pequeño, se empeñó en que le regalaran un muñeco. Tenía ilusión de tenerlo, como un tren, un camión y hasta un piano, que el maestro García Carrillo, llamaba piana. Mi nieta pequeña tiene un pequeño peluche, desde que nació, con el que duerme y la acompaña en todos los viajes. Pero también juega a la pelota, le gustan los coches y domina la tablet y el móvil con una soltura que envidio -como el resto de mis nietos- porque he llegado tarde a esa revolución tecnológica que tan rápidamente han aprendido a los que se dirige el señor Garzón.

A otro nivel, el local, un concejal de Vox en el Ayuntamiento ha pedido a la prestigiada firma que ha realizado la iluminación navideña de la ciudad, que la cambie porque, dice, tiene connotaciones satánicas, al aparecer unos palotes como si fueran una cruz invertida. No sé si los expertos en satanismo admiten esa patochada.

Vivimos, si no fuera por la cruel tragedia de la pandemia y las consecuencias derivadas de la misma, en una España de cachondeo, en los que sus principales actores son los políticos. Asómense a nuestro Parlamento, convertido en un circo donde sus señorías devalúan la admirada profesión de payaso.

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