Bloguero de arrabal

Pablo Alcázar

coleraquiles@gmail.com

¡Julián, que tiés madre!

Muy poca gente carece de madre. La ceremonia de Los Goya me confirmó que los cómicos también la tienen

Si algo quedó claro en Los Goya es que los cómicos, en general, tienen madre. Ellos se encargaron de recordárnoslo en el turno de agradecimientos. Y no una madre desnaturalizada como la Medea griega que asesina a sus propios hijos, sino una madre tierna y solicita. A Julián, el protagonista de la zarzuela La verbena de la Paloma, el sainete lírico del Tomás Bretón, estrenado el año 1894 en el Apolo de Madrid, en algún momento parece habérsele olvidado y se lo tiene que recordar repetidamente su madrina: "¡Julián que tiés madre!", repite una y otra vez la mujer, por si el joven lo ha olvidado. Los cómicos de la legua, los actores y actrices, siempre fuera de casa, dando tumbos de acá para allá, vigilados antaño por la autoridad para que no infectaran con sus malas conductas al cuerpo social sano y obligados a acampar a una legua de las murallas de las ciudades, se quieren reivindicar aún como hijos amantísimos, buenos padre y mejores esposos, por si alguien dudaba de ello, y aprovecharon la fiesta del cine español para dejar constancia de que -como todo quisqui-, albergan en su interior sentimientos tiernos hacia sus madres. Conozco a muy poca gente que no tenga madre. Sánchez, Torra, Abascal seguro que han llegado al mundo tras pasar nueve meses en el confortable útero materno. Incluso el candidato a la alcaldía de Granada, Sebastián Pérez, quiso dejar constancia, en 2011, en su toma de posesión como presidente de la Diputación, que también tenía madre y se la llevó al acto junto con la Biblia familiar y una reproducción micronizada del Cristo de los Favores. Yo lloro mucho cuando aparece una madre en escena. O cuando se produce el reencuentro de una madre con su hijo, después de muchos años de alejamiento. Leyendo un poema del escritor venezolano Gustavo Pereira (1940-), que me descubrieron en Radio Nacional de España, titulado Sobre salvajes, con no poco estupor, me entero de que los waraos, una tribu venezolana del Delta del Orinoco, "los muy tontos no saben lo que dicen. / Para decir Tierra dicen Madre, / Para decir Madre dicen Ternura, /Para decir Ternura dicen Entrega. / Tienen tal confusión de sentimientos / que con toda razón / las buenas gentes que somos / les llamamos salvajes". Y pensé: ¡Caramba, hasta los waraos tienen madre, como Julián, el de La verbena de la Paloma!

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios