Palabra en el tiempo

Alejandro V. García

Jun: nada es lo que parece

EN Jun casi nada es lo que parece. El mundo es blando, la verdad anda desdoblada en memorias digitales, la tecnología es tan virtual que no se nota y la democracia usa prefijo. El único que es auténtico y no se anda por las ramas para defender su larguísima estancia en el poder es, paradójicamente, el alcalde socialista de Jun. Hasta los vecinos, tal como son descritos, tienen una textura neblinosa. José Antonio Rodríguez Salas, con la excusa de la teledemocracia, las redes sociales y otras derivaciones, ha construido un castillo desde el que gobierna con mano de hierro. Si las ilusiones tecnológicas y las fantasías inarticuladas que inventa Rodríguez Salas sólo sirvieran para envanecer su ego y sumar fotos y vídeos a a sus blogs, páginas personales y programas de televisión tendría un pase. Los individuos entregados a sus manías merecen un poco de misericordia. Pero no es así. La ristra de inventos tecnológicos le ha servido para crear un sistema de propaganda personal omnímodo. Basta con echar un vistazo a las páginas personales o institucionales del alcalde de Jun para comprobar hasta dónde es capaz de llegar. Las únicas menciones a la oposición son negativas. En la red, unas veces aparece con un grupo de mariachis cantando un corrido (bien es cierto que fue en plenas fiestas del pueblo), otras con un birrete ante una universidad británica, en un cartel con un esparadrapo en la boca como si fuera una víctima de la falta de libertad de expresión o respondiendo a los vecinos con un paternalismo más bien caduco.

El alcalde graba los plenos y exhibe luego lo que le interesa. Y lo más penoso, los concejales de la oposición, para cumplir con su obligación, se tienen que convertir en figurantes del aparato de propaganda multimedia de Rodríguez Salas. En los plenos la expulsión de los concejales es un hábito que la corporación ha asumido con una pasmosa resignación.

No es un tema de legalidad o ilegalidad, sino de racionalidad contra desfachatez. El último capítulo de su particular cruzada contra los que no piensan como él ha consistido en utilizar para el debate político a los dos hijos menores de la portavoz de IU, Ana Martín Fuentes: prepotencia y altivez 2.0. El alcalde llegó a amenazar en un pleno a la portavoz de IU con recurrir a un inexistente "defensor del menor" por denunciar ante los periódicos, con una foto, las dificultades que tuvo para acceder al salón de plenos situado en una planta superior en compañía de sus hijos pequeños. Y además está metiendo en líos tremendos a compañeros de partido, por ejemplo, su ex concejal Ana Gámez, hoy delegada de Educación, que está siendo investigada por la Fiscalía por votar una polémica resolución urbanística.

Casi nada es normal en Jun.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios